Rev. argent. neurocir; 32 (4), 2018
Publication year: 2018
Introducción:
La colocación de un shunt ventrículo-peritoneal, a pesar de considerarse un procedimiento de baja complejidad, puede devenir en una serie de complicaciones. Nuestro equipo quirúrgico desarrolló e implementó a partir de junio de 2016 un nuevo protocolo. El objetivo del presente trabajo es:
describir e ilustrar paso a paso la técnica quirúrgica utilizada y demostrar que el uso del “nuevo protocolo” disminuye significativamente las complicaciones asociadas al procedimiento.
Material y métodos:
Desde junio de 2014 a noviembre de 2017 se intervinieron 184 pacientes en relación a sistemas de derivación de LCR. Se realizó un estudio retrospectivo que incluyó los pacientes con colocación primaria de shunt ventrículo-peritoneal (n=114). El seguimiento promedio fue de 14,2 meses (rango 6-38). Para el análisis estadístico se dividió a la muestra en 2 grupos:
“protocolo previo” (n=59) y “nuevo protocolo” (n=55). Para describir la técnica quirúrgica se utilizó el archivo fotográfico y los partes quirúrgicos.
Resultados:
Se describió la técnica quirúrgica en 7 fases. La cantidad de pacientes con alguna complicación fue significativamente menor luego de implementar el “nuevo protocolo” (20% versus 39% respectivamente; p=0,04). En el grupo “nuevo protocolo” no se registró infección alguna asociada a shunt.
Conclusión:
Se presentó e ilustró, de manera clara y detallada, la técnica de colocación de shunt ventrículo-peritoneal en 7 fases. Esta técnica, junto a una serie de normas, constituyen un “nuevo protocolo”. La aplicación de éste disminuyó significativamente las complicaciones asociadas al procedimiento. La tasa de infección “cero” no es una utopía.
Introduction:
Ventriculo-peritoneal shunting is considered a relatively straightforward procedure, though multiple complications might ensue. Our surgical team has developed and implemented a new protocol since June 2016. The objectives of this paper are to describe and illustrate the surgical technique we use step by step; and to demonstrate that using this "new protocol" significantly reduces the complications associated with the procedure.
Methods:
Ours was a retrospective, descriptive study of 184 patients with CSF-derived symptoms treated from June 2014 until November 2017. Of these 184, 114 met our inclusion criteria and were divided into two groups, based upon the treatment protocol followed: previous (n=59) or new (n=55). The new technique was detailed by photographic archives and surgical protocols.
Results:
A technique consisting of seven steps is described. With the new protocol, complications dropped, including no ventriculo-peritoneal shunt-associated infections post-operatively.
Conclusions:
A technique for ventriculo-peritoneal shunting, consisting of seven steps, is described thoroughly. This technique, combined with a series of rules, constitutes a new protocol. Protocol implementation reduced the number of procedure-related complications and resulted in a zero infection rate.