Reconstrucción palpebral inferior con colgajo tarsoconjuntival de Hughes
Lower eyelid reconstruction with Hughes tarsoconjunctival flap
Revista argentina de cirugia plastica; 29 (2), 2023
Publication year: 2023
Introducción. Los párpados son estructuras delicadas, compuestas por piel fina y cartílago (tarso), las cuales, al presentar una lesión, son de difícil reconstrucción, debido a
su importante papel estructural, funcional y estético, como así también la delicadeza
de las estructuras que la componen1. En cuanto a las pérdidas de sustancia que asientan en el párpado inferior, existen diversas técnicas para intentar reestablecer su anatomía. Entre ellas se encuentra la ampliamente conocida y utilizada técnica de Hughes,
descripta en 1937, que consiste en crear, desde el párpado superior, un colgajo de lamela posterior, compuesto de un segmento de tarso unido a la conjuntiva, las cuales
se suturan al párpado inferior, al que hay que asociar otro tipo de procedimiento para
formar la lamela anterior, ya sea un injerto cutáneo libre o un colgajo de piel adyacente
al defecto2. Fue modificada en 1982 por McCord y Nunery, quienes plantean dejar un
margen de 4 mm del borde libre palpebral, para no debilitar el párpado superior5. Su
indicación principal son los defectos mayores al 50-60% de la longitud palpebral horizontal, con cantos intactos3, aunque se puede combinar con otro tipo de técnicas que
reparen los defectos cantales1.
Objetivo. Demostrar la versatilidad y efectividad del colgajo tarsoconjuntival de Hughes para la reconstrucción de defectos de cobertura asentados en el párpado inferior. Descripción de la técnica “paso a paso”, resaltando tips quirúrgicos para mejorar
resultados.
Materiales y métodos. Estudio descriptivo retrospectivo, en el cual se intervinieron 5
pacientes con afección de párpado inferior, en el Parque de la Salud, Posadas, Misiones, Argentina, entre julio del 2019 y febrero del 2022, de los cuales 3 fueron con anestesia local (casos clínicos 1, 2 y 4) en quirófano ambulatorio, y dados de alta luego del
procedimiento, y el resto con anestesia general y dados de alta al día siguiente (casos
clínicos 3 y 5).
Resultados. Se analizaron 5 pacientes, 1 mujer (20%) y 4 hombres (80%), con un rango etario que fue desde los 39 hasta los 70 años (media de 56 años). Con respecto al
diagnóstico, 3 fueron reconstrucciones inmediatas posresección de carcinomas basocelulares con cirugía micrográfica de Mohs (2 variante lobulado, y 1 macronodular) y a
los restantes 2 pacientes se los realizó como método reconstructivo pos ectropión cicatrizal (de los cuales uno tenía antecedentes de resección de carcinoma basocelular
palpebral y el otro un dermatofibrosarcoma en mejilla). Considerando el segundo paso
quirúrgico, es decir la autonomización, se realizaron en 2 casos a los 21 días, y los 3 restantes próximos a cumplir el mes (media 25 días). El seguimiento posoperatorio varía
desde el año hasta los 36 meses posoperatorios, con una media de 22,6 meses.
Discusión. El colgajo tarsoconjuntival de Hughes es un colgajo versátil, que requiere
una curva de aprendizaje corta, el cual está indicado para defectos del párpado inferior que no se extienden mucho más allá del borde inferior de la placa tarsal. Para el
mismo se utiliza una tira ancha de placa tarsal superior sobre un pedículo de conjuntiva y posteriormente, para reconstruir la lamela posterior del párpado inferior, se puede utilizar un nuevo colgajo de tejidos adyacentes del párpado inferior o un autoinjerto
de piel, para el cual la mejor opción por la similitud de los tejidos es la piel del párpado
superior contralateral.
Conclusiones. El colgajo de Hughes es una técnica que proporciona resultados estéticos y funcionales muy satisfactorios. Sus principales limitaciones son que requiere procedimientos asociados para reestablecer la lamela anterior (injertos o colgajos), y otra
intervención posterior para autonomizar el colgajo a las dos semanas y reformar el
nuevo borde libre palpebral, considerando además la incomodidad que representa la
oclusión ocular que requiere hasta su autonomización. En esta serie de casos la lesión
cutánea más frecuente fue el carcinoma basocelular, y a 4 de ellas se les realizó cirugía micrográfica de Mohs, de los cuales no hubo recidiva hasta la actualidad, lo cual demuestra además la efectividad de este método para tratar esta clase de tumores en
zonas faciales especiales
Introduction. The eyelids are delicate structures, composed of thin skin and cartilage (tarsus), which, when presenting an injury, are difficult to reconstruct, due to their
important structural, functional and aesthetic role, as well as the delicacy of their
structures that compose1. Regarding the loss of substance that settles in the lower
eyelid, there are various techniques to try to reestablish its anatomy, among them is
the widely known and used Hughes Technique, described in 1937, which consists of
creating, from the upper eyelid , a flap of the posterior lamella, composed of a tarsal
segment attached to the conjunctiva, which are sutured to the lower eyelid, to which
another type of procedure must be associated to form the anterior lamella, either a
free skin graft or a flap of skin adjacent to the defect2. It was later modified in 1982,
by McCord and Nunery, who propose leaving a 4 mm margin from the eyelid free
edge, so as not to weaken the upper eyelid5. Its main indication is defects greater
than 50-60% of the horizontal palpebral length, with intact edges3, although it can
be combined with other types of techniques that repair canthal defects1
Objective. To demonstrate the versatility and effectiveness of the Hughes tarsoconjunctival flap for the reconstruction of coverage defects located in the lower eyelid.
Description of the “step by step” technique, highlighting surgical tips to improve results.
Materials and methods. This is a retrospective descriptive study, in which a total of 5
patients with lower eyelid disease were operated on, in the Parque de la Salud, Posadas, Misiones, Argentine, between July 2019 and February 2022, of which 3 patients
were with local anesthesia (Clinical Cases 1, 2 and 4) in the ambulatory operating
room, and discharged after the procedure, and the rest underwent general anesthesia and discharged the next day (Clinical Cases 3 and 5).
Results. A total of 5 patients were analyzed, 1 woman (20%) and 4 men (80%), with
an age range from 39 to 70 years (mean 56 years). Regarding the diagnosis, 3 were
immediate reconstructions after resection of Basal Cell Carcinomas with Mohs Micrographic Surgery (2 lobulated and 1 macronodular variants) and the remaining 2
patients underwent post-scarring ectropion reconstructive method (of which one
had a history of resection). Basal Cell Carcinoma of the eyelid and the other a Dermatofibrosarcoma on the cheek). Considering the second surgical step, that is, autonomization, 2 cases were performed at 21 days, and the remaining 3 were close
to a month old (mean 25 days). Postoperative follow-up varies from one year to 36
postoperative months, with a mean of 22.6 months.
Discussion. The Hughes tarsoconjunctival flap is a versatile flap, requiring a short
learning curve, which is indicated for lower lid defects that do not extend much beyond the lower border of the tarsal plate. For this, a wide strip of the upper tarsal
plate is used on a conjunctival pedicle, and later, to reconstruct the posterior lamella
of the lower eyelid, a new flap of adjacent tissues from the lower eyelid or a skin autograft can be used, for which the best option due to the similarity of the tissues is
the skin of the contralateral upper eyelid.
Conclusions. The Hughes flap is a technique that provides very satisfactory aesthetic and functional results. Its main limitations are that it requires associated procedures to reestablish the anterior lamella (grafts or flaps), and another subsequent intervention to autonomize the flap after two weeks and reform the new eyelid free
edge, also considering the discomfort represented by ocular occlusion that requires even its autonomy. In this series of cases, the most frequent skin lesion was Basal Cell Carcinoma, and in 4 of them Mohs micrographic surgery was performed, of
which there has been no recurrence to date, which also demonstrates the effectiveness of this method to treat this class of tumors in special facial areas.