¿Inercia clínica, que tanto nos afecta?
Clinical inertia, how much affects us?
Rev. med. Risaralda; 19 (1), 2013
Publication year: 2013
El concepto de inercia clínica está relacionado con la falla de los médicos en iniciar o intensificar una terapia que está indicada cuando no se han alcanzado las metas establecidas para el tratamiento de una enfermedad, en especial las crónicas como diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipidemia. Puede presentarse por factores relacionados con el médico tratante (50% de los casos), el paciente (30%) o el mismo sistema de salud (20%) y conlleva la subutilización de una terapia que es efectiva en prevenir resultados clínicos serios tales como muerte, infarto agudo de miocardio y accidente cerebro vascular. En investigaciones hechas por nuestro grupo hemos encontrado que ante la falta de control de la HbA1c en diabéticos de todo el país, en el 60,3% de los casos el médico no modifica la conducta, así como tampoco lo hace en el 41,8% de los hipertensos o en el 57,5% de los dislipidémicos que no alcanzan cifras de tensión arterial o de colesterol-LDL adecuadas. Creemos que es necesaria la implementación de estrategias que involucren la capacitación, actualización y sensibilización de los médicos en el manejo de éstas morbilidades crónicas, pero más aún, hace falta un cambio de actitud de nuestros clínicos, que se acerquen a las necesidades de sus pacientes y hagan el seguimiento completo y brinden una información adecuada en cada consulta médica.
The concept of clinical inertia is related to the failure of physicians to initiate or intensify therapy is indicated when they have not achieved the goals established for the treatment of a disease, especially chronic conditions like diabetes mellitus, hypertension and dyslipidemia. It can occur by factors related to the physician (50% of cases), the patient (30%) or the health system (20%) and leads to underutilization of a therapy that is effective in preventing serious clinical outcomes such as death, myocardial infarction and stroke. In research conducted by our group have found that in the absence of control of HbA1c in diabetics across the country, in 60.3% of cases the doctor does not change the therapy, and neither does it in 41.8% of hypertensive or 57.5% of dyslipidemic patients, when not achieve appropriate blood pressure or LDL-cholesterol levels. We believe it is necessary to implement strategies that involve training, updating and awareness of physicians in the management of these chronic morbidities, but more so, we need a change in attitude of our clinicians, who approach the needs of their patients and make proper controls and provide appropriate information at each visit.