Clinical practice guidelines: An Opportunity to provide health care with excellence and the new Colombian Guidelines for the diagnosis and management of Skin and Soft tissue infections (SSTIs): [Editorial]
Guías de práctica clínica: Una oportunidad para proveer cuidado de salud de calidad y las nuevas guías colombianas para diagnóstico y manejo de infecciones de tejidos blandos (ITBs): [Editorial]

Infectio; 23 (4), 2019
Publication year: 2019

Clinical practice guidelines (CPGs) are “systematically developed statements to assist practitioner decisions about appropriate health care for specific clinical circumstances”1. Guidelines are designed to support the decision-making processes in patient care and therefore can be used to reduce inappropriate discrepancies in clinical practice and to encourage the delivery of health care of better quality. Although CPGs can be developed either locally or nationally it is essential that guidelines be based on the best available research evidence. Then a detailed literature search should be done to find evidence from research studies about the suitability and effectiveness of different clinical approaches. However, in addition to the scientific evidence, the experience of clinical experts and mainly the expectations of patients must also be considered. At present, the advantage of the development of CPGs for a better clinical outcome is not discussed. But a limitation for their dissemination especially in low- and middle-income countries is time and resource consuming and sometimes the shortage of expert professionals’ experts in the methodology. Therefore, strategies like using an alternative methodology such as the adaptation of CPGs is very important because not only decreases times but costs for their development.
Las guías de práctica clínica (GPC) son "declaraciones desarrolladas sistemáticamente para ayudar a los profesionales a tomar decisiones sobre la atención sanitaria adecuada en circunstancias clínicas específicas "1. Las guías están diseñadas para apoyar los procesos de toma de decisiones en la atención al paciente y, por tanto, pueden utilizarse para reducir las discrepancias inapropiadas en la práctica clínica y fomentar la prestación de una atención sanitaria de mayor calidad. Aunque las GPC pueden elaborarse a nivel local o nacional, es esencial que las directrices se basen en las mejores pruebas de investigación disponibles. Para ello, debe realizarse una búsqueda bibliográfica detallada para encontrar pruebas de estudios de investigación sobre la idoneidad y la eficacia de los distintos enfoques clínicos. Sin embargo, además de las pruebas científicas, también hay que tener en cuenta la experiencia de los expertos clínicos y, principalmente, las expectativas de los pacientes. En la actualidad, no se discute la ventaja del desarrollo de las GPC para un mejor resultado clínico. Pero una limitación para su difusión, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, es el tiempo y los recursos que consumen y, a veces, la escasez de profesionales expertos en la metodología. Por lo tanto, estrategias como el uso de una metodología alternativa como la adaptación de las GPC es muy importante porque no sólo disminuye los tiempos sino los costes para su desarrollo.

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