Las enfermedades respiratorias del adulto mayor en Chile: un desafío a corto plazo
Respiratory diseases of older adults in Chile: a short-term challenge

Rev. chil. enferm. respir; 33 (4), 2017
Publication year: 2017

Chile sufre un envejecimiento acelerado de su población, por lo que la cantidad de adultos mayores se ha duplicado en los últimos veinte años. Las enfermedades crónicas no trasmisibles, entre ellas el asma bronquial y EPOC, como lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud, aumentarán su peso sanitario relativo y por ende requerirán de equipos médicos capacitados en su manejo. Al mismo tiempo, en nuestro país se aprecia una reducción de la tasa de neumonías incluyendo a los grupos etarios más avanzados. Existen diferentes factores favorecedores de las infecciones respiratorias bajas que deben ser considerados en la prevención de estos cuadros; sobresaliendo los trastornos de la deglución, las rinopatías crónicas y factores asociados a la inmunosenescencia. Se enfatiza el valor de la inmunoprevención en esta edad y la necesidad de definir estándares de calidad para lograr impacto sanitario y mejoría de la calidad de vida de nuestros adultos mayores.
The older population is increasing very rapidly in Chile; every 20 years this population is growing twice. Chronic Non Communicable Disease (CNCD) will be the main health problem, not only in developed countries released World Health Organization. Preventive actions such as annual influenza vaccination, anti-pneumococcal immunization, avoidance of cigarette smoke and air pollution and swallowing disorder early recognition have proven to reduce the risk of developing low respiratory infections. The management of Asthma and COPD (frequents CNCD) in elderly populations will require a growing number of well-trained health personnel. Despite a reduction of all age cases of Community Acquired Pneumonia (CAP) in Chile, there are recognized risk factors that make the elderly population fragile. Quality standards application in patients under respiratory care have been shown to have a positive impact not only in sanitary health indicators, but in patients quality of life. This is a challenge to face right now.

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