Rev. cuba. enferm; 33 (2), 2017
Publication year: 2017
Introducción:
debido a las circunstancias especiales de los pacientes críticos, resulta complicado determinar el aporte energético. Objetivo:
determinar la prevalencia del estado nutricional de los pacientes críticos ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Burgos (España), y si se les aportó el 60 por ciento de los requerimientos energéticos al cuarto día de ingreso. Métodos:
estudio observacional, descriptivo y de prevalencia. Fueron incluidos 47 pacientes, a los que se realizó una evaluación nutricional al ingreso, mediante antropometría, escalas nutricionales validadas y calculando el aporte energético que precisaban. Resultados:
el porcentaje de desnutrición al ingreso, según el Índice de Masa Corporal era de un 6,38 por ciento (1,3; 17,5), siendo superior en el sexo masculino. Con la Valoración Global Subjetiva, se obtuvo un resultado de 31,91 por ciento (19,1; 47,1) de sospecha de malnutrición, y un 8,51 por ciento (2,4; 20,4) de malnutrición. El porcentaje de riesgo de desnutrición con la Mini Nutritional Assessment, fue de 36,17 por ciento (22,7; 51,5), y de desnutrición de un 17,02 por ciento (7,6; 30,8). Según la ecuación de Ireton-Jones, a un 77 por ciento de los pacientes se les administró, al menos, el 60 por ciento de los requerimientos energéticos al cuarto día, mientras que con la de Harris-Benedict se obtuvo un 70 por ciento. Conclusiones:
la elevada prevalencia de desnutrición y de riesgo de desnutrición en el paciente crítico, evidencia la importancia que supone realizar una valoración nutricional integral para adecuar los requerimientos individualmente. Resulta apropiado suplementar la nutrición enteral con la parenteral si no alcanzan los requerimientos energéticos necesarios(AU)
Introduction:
Due to the special circumstances of critically-ill patients, the energy input is difficult to determine. Objective:
To determine the prevalence of nutritional status of critically-ill patients admitted to the Intensive Care Unit of the University Hospital in Burgos, Spain, and whether 60 percent of the energy requirements were given on the fourth day of admission. Methods:
Observational, descriptive and prevalence study. We included 47 patients, who underwent nutritional assessment at admission, using anthropometry, validated nutritional scales and calculating the energy input they needed. Results:
The percentage of malnutrition at admission according to body mass index was 6.38 percent (1.3, 17.5), being higher in males. With subjective global assessment, we obtained a result of 31.91 percent (19.1, 47.1) of suspected malnutrition and 8.51 percent (2.4; 20.4) of malnutrition. The percentage of risk for malnutrition with the mini-nutritional assessment was 36.17 percent (22.7, 51.5), and malnutrition was 17.02 percent (7.6, 30.8). According to the Ireton-Jones equation, 77 percent of the patients were given at least 60 percent of energy requirements on the fourth day, while the Harris-Benedict rate was 70 percent. Conclusions:
The high prevalence of undernutrition and risk for malnutrition in critically-ill patients shows the importance of performing an integral nutritional assessment to adapt individual requirements. Supplementing enteral nutrition with the parenteral one is appropriate if they do not meet necessary energy requirements(AU)