Educación, valores y principios: ¿quién empieza?
Education, values and principles: who starts?
Inmanencia (San Martín, Prov. B. Aires); 4 (2), 2014
Publication year: 2014
Una de las acepciones registradas por el Diccionario de la Real Academia Española para el vocablo educar es “desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales o morales del educando”. Los valores son cuestión de debate entre los pensadores. Se los considera como cualidades a priori de las cosas, esencias o vivencias, estados psicológicos de agrado, deseo o interés, entidades trascendentales de la conciencia o producto de la socialización. La axiología, capítulo de la filosofía práctica a la que incumbe la naturaleza de los valores adquirió jerarquía propia en el siglo XX. El resbaloso concepto de bien común integró metas y valores compartidos. Libertad, voluntad y razón definieron valores comunitarios e ideales de perfección subjetivos y privados, personales y públicos que fundaron cambios en la concepción de lo justo y de lo equitativo. Unicidad, alteridad y otredad definieron el bien para cada individuo y lo bueno para la comunidad. El “bien ser” constituyó una expresión individual, autónoma y responsable. Los cambios producidos en las escalas axiológicas influyeron en el campo moral y redefinieron el derecho, la ley y la justicia. Entre las acepciones del vocablo principio figura el fundamento, origen o razón primaria sobre la cual se discurre en cualquier materia. Todas las disciplinas del pensamiento reconocen principios. Los principios morales son aquéllos con los que el hombre juzga la maldad o malicia de las acciones según dicta su conciencia. Qué, porqué, cómo, cuándo, a quién y para qué enseñar dependen de los valores que enmarcan la educación y apoyan en principios comunitarios compartidos. Pero, … ¿por dónde empezar?