Historia de las pruebas de función tiroidea
History of thyroid function tests

Med. lab; 24 (2), 2020
Publication year: 2020

El desarrollo de las pruebas de función tiroidea no ha sido fácil, con múltiples retos para mejorar algunas características que son insatisfactorias, incluso en la actualidad. En 1960 se logró la medición de tiroxina total (T4 total), y aunque fue un gran avance, los investigadores sabían que era insuficiente para una evaluación precisa de la función tiroidea. Uno de los problemas importantes radica en que existen diferencias marcadas interindividuales en la composición y en las cantidades de las proteínas de transporte de la T4 y la triyodotironina (T3). Por lo tanto, los depósitos de T4 y T3 son muy diferentes a los valores de T4 libre (T4L) y T3 libre (T3L). Por ejemplo, la mujer embarazada tiene el doble de globulina fijadora de tiroxina (TBG) y tres cuartas partes de la cantidad de albúmina que tenía cuando no estaba embarazada. También se pierde transtiretina y albúmina en enfermedades graves o con traumas, como quemaduras o sepsis. Entre 1963 y 1965 se desarrolló una prueba para tratar de obtener una estimación de la T4L, con el método de absorción de la hormona tiroidea a partir de la T4 total. Sin embargo, este análisis no funcionó correctamente, especialmente teniendo en cuenta la variabilidad en la TBG

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