Predictores clínicos y de laboratorio de positividad del examen de médula ósea para infecciones oportunistas diseminadas en pacientes con VIH/ SIDA en la clínica de VIH del Hospital Vozandes de Quito entre 1992 y 2004

VozAndes; 17 (1), 2006
Publication year: 2006

Los pacientes con VIH avanzado son vulnerables a la diseminación de infecciones oportunistas y sus manifestaciones clínicas son atípicas. El estudio histopatológico de médula Ósea puede diagnosticarlas en menor tiempo que los cultivos, lo que permite iniciar el tratamiento. Es necesario determinar la utilidad del examen de medula ósea para el diagnóstico de infecciones oportunistas diseminadas en pacientes ecuatorianos e identificar a los pacientes que más se beneficiarían de este procedimiento.

Métodos:

Realizamos un estudio retrospectivo para determinar la validez del estudio histopatológico de médula ósea comparado con su cultivo en 46 casos de pacientes con VIH en Quito en un período de 12 años. También identificamos predictores clínicos y de laboratorio de positividad de este examen.

Resultados:

La proporción dlagnóstica del examen de médula ósea para determiar infecciones oportunistas fue 37% y el diagnóstico fue único para 30.4% de los casos . La sensibilidad del estudio histopatológico fue 57. 14%, y la especificidad 93. 1% comparado con el cultivo de médula ósea. La pérdida de peso fue un predictor significativo de positividad de examen de médula ósea para infecciones oportunistas diseminadas.

Conclusiones:

Un resultado positivo de la histopatología de médula ósea confirmaría el diagnóstico de infección oportunista diseminada. Los pacientes VIH positivos con pérdida de peso se beneficiarían mucho con este examen para detectar infecciones oportunistas. Este es un método seguro que podría proporcionar un diagnóstico oportuno y potencialmente reducir la mortalidad entre pacientes con HIV en Quito.
Patients with advanced HIV are vulnerable to the spread of opportunistic infections and their clinical manifestations are atypical. The histopathological study of bone marrow can diagnose them in less time than cultures, allowing treatment to start. It is necessary to determine the utility of the bone marrow examination for the diagnosis of disseminated opportunistic infections in Ecuadorian patients and to identify the patients who would most benefit from this procedure.

Methods:

We conducted a retrospective study to determine the validity of the histopathological study of bone marrow compared to its culture in 46 cases of HIV patients in Quito over a 12-year period. We also identified clinical and laboratory predictors of positivity from this test.

Results:

The diagnostic proportion of the bone marrow examination to determine opportunistic infections was 37% and the diagnosis was unique for 30.4% of the cases. The sensitivity of the histopathological study was 57.14%, and the specificity 93.1% compared to the bone marrow culture. Weight loss was a significant predictor of bone marrow examination positivity for disseminated opportunistic infections.

Conclusions:

A positive result of bone marrow histopathology would confirm the diagnosis of disseminated opportunistic infection. HIV positive weight loss patients would greatly benefit from this screening for opportunistic infections. This is a safe method that could provide a timely diagnosis and potentially reduce mortality among HIV patients in Quito.

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