El 12 de diciembre de 2019 el mundo era rutinariamente normal y, muy escuetamente, las noticias mencionaban algunos casos de una rara neumonía viral observados en Wuhan, Provincia de Hubei, China. Entre el 30 de diciembre y el 3 de enero de 2020, todo drásticamente cambió. Se denunció, primero en un chat, una rara epidemia y, posteriormente, fue desmentida en un documento por quien la denunció, el oftalmólogo chino Li Weliang, bajo coacción del gobierno de su país “acusándolo de difundir rumores falsos”. Dos días después, la Organización Mundial de la Salud (oms) alertó sobre un brote de neumonía de etiología desconocida en Wuhan; y recién el 7 de enero las autoridades chinas comunican que han identificado un nuevo virus causante de la nueva enfermedad: el 2019-nCoV