La información científica confiable y la COVID- 19
Reliable scientific information and COVID- 19

Rev. cub. inf. cienc. salud; 31 (3), 2020
Publication year: 2020

El hecho de ser una enfermedad nueva -que no respondía a los tratamientos antivirales conocidos y que eran efectivos en otras enfermedades virales- y (lo peor) de no contar con una vacuna que protegiera a las poblaciones sanas elevó la alarma internacional, tanto de la población general como de la comunidad científica. Aparecieron innumerables informaciones en la prensa, en los noticieros, en programas especiales de radio y televisión y en las redes sociales. Lo más preocupante es que muchas de esas noticias eran falsas o fake news, que han producido una pandemia paralela de desinformación y de misinformationa, que en muchos casos tienen como objetivo formar estados de opinión para influir en las decisiones políticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza el término infodemiab para referirse a la sobreabundancia de información falsa y a su rápida propagación entre las personas y los medios de comunicación.2,3,4,5 El objetivo de esta carta es llamar la atención sobre la importancia de la información científica adecuada y su revisión, así como señalar algunos sitios donde se puede encontrar la información confiable. Actualmente hay una avalancha de información científica relacionada con la COVID-19: muchos artículos se publican en tiempo real; las revistas más prestigiosas publican artículos casi diariamente, bajo el modelo de publicación continua. También muchos artículos se publican en repositorios de acceso abierto como preprints, o sea, antes de su revisión por pares. Este sistema de publicaciones en preprints se ha intensificado durante la pandemia de COVID-19, por lo que se salta el mecanismo tradicional de la publicación científica de revisión por pares anónima. Este es un proceso complejo y muchas veces demorado, en el cual expertos en el tema hacen recomendaciones para que el artículo sea mejor comprendido por la comunidad de lectores, y aceptan o rechazan planteamientos del autor y el posicionamiento de este ante el tema expuesto, según lo establecido en la comunidad científica internacional, llamada ciencia constituidac. A partir de estas recomendaciones, los editores rechazan el manuscrito o lo aceptan, con la condición de que el autor realice modificaciones, lo que habitualmente conlleva varias rondas de intercambio entre el editor y el autor o autores. Durante la pandemia de COVID-19 mucha de la información que se ofrece es evidencia de lo que está pasando en los diferentes escenarios donde la enfermedad se desarrolla. El primer choque es que no hay ciencia constituida aún. Las revistas médicas, en sus versiones digitales, utilizan más que nunca la publicación continua, con números en progreso, para facilitarle a la comunidad científica, casi en tiempo real, los artículos que relatan los hallazgos que se van obteniendo en diversos lugares del mundo. Generalmente son resultados preliminares de investigaciones emprendidas, dada la urgencia de la enfermedad. Esta información se puede complementar con artículos disponibles en algunos repositorios de preprints, caracterizados por su seriedad para escoger los materiales a publicar, como por ejemplo los incluidos en ese espacio en SciELO (https://preprints.scielo.org/index.php/scielo). A pesar de los problemas que puede traer la disponibilidad de artículos sin revisión por pares,6 estos repositorios son muy accesibles y rápidos en el proceso de subir y presentar la publicación, y tienen gran facilidad para actualizar el texto con nuevos elementos surgidos en la dinámica de la misma investigación o correcciones hechas por lectores especialistas en los temas tratados. Su característica más importante es su disposición como acceso abierto, donde todos pueden contribuir con sugerencias, que incluso pueden modificar las investigaciones. Algunos repositorios hoy pueden ser considerados como pasos previos a la publicación en revistas científicas de gran prestigio.6 La información experta sobre la COVID-19 es muy necesaria para toda la comunidad científica, nacional o internacional. Por eso es necesario hacer un proceso de selección de lo que vamos a leer y dónde lo vamos a buscar. El gran desafío para el equipo médico y para los investigadores en este momento es cómo aprehender el conocimiento científico implícito en tanta información disponible. Esto se logra con el perfeccionamiento y el desarrollo de la capacidad crítica respecto a las fuentes de las informaciones y la lógica de sus contenidos,6) lo que constituye parte de los procesos de alfabetización informacional y del conocimiento sobre sitios especializados y con información confiable. Los profesionales cubanos tenemos, en primer lugar, el sitio de Infomed Temas de salud: infecciones por coronavirus.2,7 Este es un portal con un gran caudal de información útil y validada, el cual tiene desde los partes diarios, las últimas noticias, hasta artículos científicos y enlaces con los principales sitios de instituciones del mundo con información sobre esta enfermedad. En el servicio de Infomed sobre coronavirus se dispone de los llamados tableros, que contienen información actualizada de alto valor añadido. En ellos hay un listado bibliográfico de los artículos más importantes publicados en el día anterior, con su dirección electrónica. También hay resúmenes de artículos importantes, estadísticas y noticias.8 Se suman el Observatorio Métrico de Coronavirus de la Universidad de Pinar del Río, el repositorio de la Sociedad Cubana de Información Científico Técnica (SOCIT) y la información gráfica sobre la enfermedad, y los boletines especiales sobre la COVID-19 que publica el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana.9,10,11) Además, en el sitio de Cubadata12 se pueden revisar diariamente estadísticas nacionales y mapas de su evolución por municipios, provincias y total, así como cuadros y gráficos. Por otra parte, las revistas médicas más importantes del mundo han diseñado sitios web sobre el coronavirus, que están en acceso abierto y se pueden consultar. Entre los más destacados podemos señalar el de la revista Lancet,13 el de la revista Science14 y el del New England Medical Journal.15 Además, muchas instituciones internacionales y regionales ofrecen información confiable sobre la enfermedad; entre ellas, la Organización Mundial de la Salud (OMS)16 y el Centro Europeo de Control de Enfermedades.17) La realidad del avance de la pandemia hace que se derriben barreras y formalidades y se trate de ganar tiempo en el desarrollo de investigaciones y ensayos clínicos. Llamo la atención sobre la seriedad de estos procesos y la responsabilidad de la comunicación de los resultados que surjan en los nuevos escenarios para el desarrollo de la ciencia. Finalmente, es necesaria la responsabilidad de los autores y de los investigadores, así como de los editores de revistas y de sitio web de información especializada en la COVID-19, sobre la ética a la hora de concebir las investigaciones, apremiados por el tiempo, al comunicar resultados y en la información que utilizamos(AU)

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