Arch. cardiol. Méx; 89 (2), 2019
Publication year: 2019
Abstract Objective:
The objective of the study was to describe the feasibility of single catheter intervention using the transradial approach for percutaneous coronary intervention (PCI). Background:
The transradial approach for PCIs has fewer vascular events and complications and lower mortality rate. However, complications can result from forearm artery tortuosity, a longer learning curve and artery spasm that can complicate, delay and impede coronary artery interventions. The latter is usually exacerbated by the changing and manipulation of catheters. Methods:
We performed a study using a single catheter on patients undergoing coronary assessment and treatment. Procedural outcomes including success, procedural time, bleeding, access site complications, and contrast used were all analyzed. Results:
We included 327 patients, of whom 70% were male. The mean age was 63.3 ± 11.1 years, mean height was 165.9 ± 7.7 cm, mean weight was 73.3 ± 11.3 kg, and mean body index was 26.5 ± 3.5 kg/m2. Contrast use averaged 158.5 ± 60.5 ml. Three vessels were treated in 3% of all cases, two vessels in 32%, and one vessel in 65%. Procedural success was achieved in 94.5% of the cases. A second catheter was required in 9 cases (2.7%), and crossover to the femoral approach was performed in 9 cases (2.7%) due to a lack of support, artery spasm, difficult anatomy, or the need for a larger catheter. Three complications were related to access, including a Class 2 hematoma that was treated conservatively with no further complications. Conclusions:
Our study showed that using a single catheter to perform both diagnostic and therapeutic procedures has a higher success rate, lower spasm incidence, and fewer complications than reported in literature.
Resumen Objetivo:
Describir la factibilidad del uso de un solo catéter en el intervencionismo coronario percutáneo por vía transradial. Antecedentes:
El abordaje transradial en las intervenciones coronarias ha mostrado menores eventos cardiovasculares y complicaciones, y menor mortalidad. Sin embargo, algunos eventos adversos pueden resultar por trotuosidad de las arterias del brazo, curva de aprendizaje más larga o espasmo arterial que puede complicar, retardar o impedir la intervención coronaria. Ésta última es usualmente exacerbada por el intercambio de catéteres o la manipulación de los mismos. Métodos:
Realizamos un studio utilizando un solo catéter en pacientes sometidos a coronariografía e intervención coronaria. Los desenlaces del procedimiento incluyendo éxito, tiempo de procedimiento, sangrado, complicaciones en el sitio de acceso y uso de medio de contraste fueron analizados. Resultados:
Incluimos 327 pacientes, 70% de los cuales fueron varones. La edad promedio fue de 63.3 ± 11.1 años, la estatura promedio fue de 165.9 ± 7.7 cm, peso promedio de 73.3 ± 11.3 kg y el índice de masa corporal promedio de 26.5 ± 3.5 kg/m2. El contraste utilizado promedio fue 158.5 ± 60.5 ml. El total de vasos tratados fue de tres en 3% de los casos, dos en 32% de los casos y uno en 65%. El éxito del procedimiento fue logrado en 94.5% de los pacientes No obstante, un Segundo catéter fue requerido en 9 intervenciones (2.7%), y cambio en la vía de acceso fue realizado en 9 casos (2.7%) por falta de apoyo, espasmo arterial, anatomía dificil o necesidad de un catéter de mayor lumen. Tres complicaciones asociadas al sitio de acceso incluyendo un hematoma clase 2 fueron registradas el cual se trató conservadoramente. Conclusiones:
Nuestro estudio mostró que el uso de un catéter único para realizar tanto procedimientos diagnósticos como terapéuticos tiene una tasa de éxito mayor, con menor incidencia de espasmo y complicaciones reportadas en la literatura.