Corioangioma placentario: reporte de un caso en la Unidad de Patología del Hospital San Juan de Dios E.S.E. Rionegro-Antioquia
Placental chorioangioma: case report in the Pathology Unit of the San Juan de Dios E.S.E. Hospital in Rionegro-Antioquia
Med. lab; 24 (4), 2020
Publication year: 2020
Dentro de las neoplasias no trofoblásticas gestacionales de tipo vascular,
el corioangioma es la más común. Se caracteriza por presentar una proliferación
exagerada de estructuras vasculares, con células endoteliales y vellosidades coriónicas
que generan una alteración de los vasos sanguíneos tanto arteriales como
venosos. Tiene una incidencia menor al 1%, con tasas de mortalidad perinatal aproximadas
entre 18% a 40%. Se presenta el caso de un corioangioma placentario
diagnosticado a las 26 semanas de gestación en una paciente de 21 años de edad
sin controles prenatales previos, el cual generó un lóbulo accesorio de 7 cm con
tinción positiva en el análisis inmunohistoquímico para anticuerpos antimúsculo
liso y CD34, y negativa para Ki67. El corioangioma desencadenó complicaciones
en el embarazo, con parto pretérmino, hidropesía fetal y retardo en el crecimiento
intrauterino, que llevaron a la muerte fetal. La falta de control prenatal en nuestra
paciente impidió que se detectaran las anomalías placentarias oportunamente, con
un desenlace fatal para el feto. Un control prenatal adecuado con seguimiento ecográfico
puede evitar eventos fatales como el presentado. El análisis macroscópico
y microscópico de la placenta puede favorecer la identificación de los casos y el
aporte a las estadísticas de incidencia y mortalidad.
Among vascular gestational nontrophoblastic tumors, chorioangioma is
the most common. It is characterized by an exaggerated proliferation of vascular
structures, with endothelial cells and chorionic villi that generate abnormalities of
both arterial and venous blood vessels. It has an incidence of less than 1%, with
perinatal mortality rates between 18% to 40%. We present the case of a 21-year-old
patient without previous prenatal controls, with a placental chorioangioma diagnosed
at 26 weeks of gestation that formed a 7 cm accessory lobe, with positive staining
during immunohistochemical analysis for smooth anti-muscle antibodies and
CD34, and negative for Ki67. The placental chorioangioma triggered complications
during pregnancy, with preterm delivery, hydrops fetalis, and intrauterine growth
retardation leading to fetal death. The lack of prenatal control in our patient prevented
an early detection of placental abnormalities with a fatal outcome for the fetus.
Adequate prenatal control with ultrasound monitoring can avoid fatal events such as
the one presented. Macroscopic and microscopic analysis of the placenta can help
identify cases and contribute to incidence and mortality statistics.