Reemplazo valvular aórtico por cateterismo. Estado actual
Aortic valvular replacement by catheterism. Current state

Medicina (B.Aires); 80 (5), 2020
Publication year: 2020

Resumen La estenosis aórtica grave es una enfermedad común cuya prevalencia crece con el envejecimiento de la población. El reemplazo valvular aórtico quirúrgico (SAVR) ha sido la única alternativa efectiva hasta la aparición del reemplazo valvular aórtico por cateterismo (TAVR o TAVI). Este procedimiento se usó inicialmente para pacientes inoperables en quienes dos ensayos clínicos aleatorios y varios registros mostraron su superioridad sobre el tratamiento médico conservador. Dos ensayos clínicos adicionales en pacientes que, a pesar de ser considerados operables, tenían alto riesgo quirúrgico, demostraron la no inferioridad de TAVR versus reemplazo quirúrgico. Investigaciones posteriores probaron también su efectividad en pacientes de riesgo intermedio y bajo. Algunas complicaciones, como las relacionadas al acceso vascular, el accidente cerebro vascular, la necesidad de marcapasos definitivo y la regurgitación periprotésica, han ido disminuyendo con la mejoría de la tecnología, la curva de aprendizaje y la estrategia mínimamente invasiva actual. Queda pendiente determinar la durabilidad para establecer cuál será el papel de TAVR en la práctica clínica.
Abstract Severe aortic stenosis is a common disease whose prevalence is steadily growing with population ageing. Surgical aortic valve replacement (SAVR) has been the only effective alternative until the introduction of transcatheter aortic valve replacement (TAVR or TAVI). This procedure was initially used for non-surgical candidate patients where two randomized clinical trials and several registries showed superiority over conservative medical treatment. Furthermore, two additional clinical trials including high surgical risk patients proved the non-inferiority of TAVR versus surgical replacement. Similar findings regarding effectiveness were observed in other clinical trials including intermediate and low risk patients. Technical and procedural improvements, including learning curve and the current minimally invasive strategy have decreased periprocedural and mid-term complications such as those related with vascular access, stroke, the need for permanent pacemaker implantation and paravalvular leak. All things considered, durability is a pending question to establish which would be the role of TAVR in current and future practice.

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