Reporte de caso. Uso de toxina botulínica tipo A para la reparación de hernia ventral gigante planeada
Surgical treatment of diabetic foot based on Wagner classification, Case report

Rev. guatemalteca cir; 27 (1), 2021
Publication year: 2021

Introducción:

La incidencia de eventración post quirúrgica es del 2-20%, se da mayormente en pacientes con factores de riesgo durante los primeros tres años posteriores a la cirugía inicial. La mayoría de las hernias de la pared abdominal pueden ser reparadas fácilmente, sin embargo, las hernias gigantes (>10cm de diámetro) o aquellas con pérdida de domicilio requieren métodos de expansión gradual de la pared abdominal pre y/o transoperatoriamente. Se ha descrito que posterior a la aplicación de toxina botulínica serotipo A (TBA) de forma bilateral en la pared abdominal, los defectos disminuyen clínica y tomográficamente hasta 5.25cm, por su efecto selectivo en terminaciones nerviosas periféricas colinérgicas, provocando atrofia muscular sin fibrosis. El efecto máximo ocurre al mes de la aplicación y dura 28 semanas. Esta técnica permite planear preoperatoriamente la magnitud de la cirugía. Nuestro caso, paciente masculino de 33 años. Quien ingresa por politrauma. Se realiza procedimiento quirúrgico abdominal y posteriormente se eviscera en múltiples ocasiones. Se cierra herida y posteriormente desarrolla hernia ventral gigante con la que egresa. Se realiza TC abdominal evidenciando defecto herniario de 15.9cm, con este resultado se aplica toxina botulínica serotipo A en la pared abdominal bilateral (50 unidades en cada lado) guiado por ultrasonido. 25 días después se realiza TC abdominal control que evidencia defecto herniario de 14.7cm y se decide ingreso para cirugía electiva. Se decide llevar a sala de operaciones donde se realiza hernioplastía con liberación de componentes anteriores mas colocación de malla de polietileno (cuatro semanas posteriores a la aplicación de la toxina), quedando defecto totalmente cerrado y sin tensión. Paciente con adecuada evolución posterior a intervención por lo que egresa. Actualmente sin defecto herniario recurrente.

Conclusión:

El uso de toxina botulínica serotipo A es un nuevo recurso prequirúrgico para la preparación de pacientes con hernias ventrales gigantes, ya que permite el cierre sin tensión en la mayoría de los casos. Además, ayuda a que transoperatoriamente la separación de componentes se realice de una mejor manera, ya que se da mejor manipulación al momento de desplazar las estructuras musculares. Idealmente se debe de realizar la intervención quirúrgica cuatro semanas posteriores a su aplicación. (AU)

ntroduction:

The incidence of post-surgical eventration is 2-20%, it occurs mostly in patients with risk factors during the first three years after the initial surgery. Most abdominal wall hernias can be easily repaired, however, giant hernias (>10cm of diameter) or those with the loss of domain require methods of gradual expansion of the abdominal wall pre or intraoperatively. It has been described that after the application of botulinum toxin A bilaterally in the abdominal wall, the defect can decrease clinically and tomographically up to 5.25cm, due to its selective effect on cholinergic peripheral nerve endings, that cause muscle atrophy without fibrosis. The maximum effect occurs one month after the application and lasts 28 weeks. This technique allows to plan preoperatively the magnitude of the surgery.

Description of case:

A 33 year old male patient, who entered the emergency room due to polytrauma. Abdominal surgical procedure was performed and later he eviscerates on multiple occasions. The wound was closed and later he develops a giant ventral hernia with which it is discharged. An abdominal CT was performed, showing a hernia defect of 15.9cm. With this result botulinum toxin A was applied guided by ultrasound bilaterally in the abdominal wall (50 U on each side). A control abdominal CT was performed after 25 days, which it revealed a hernia defect of 14.7 cms, so admission was decided for elective surgery. The patient was taken to the operating room where a hernioplasty with anterior components separation plus the placement of a polyethylene mesh was performed (four weeks after the application of the botulinum toxin A), the hernia defect was completely close without tension. The patient had an adequate post-surgical evolution for which it was discharge. Currently without a recurrent hernia defect.

Conclusion:

The use of botulinum toxin A is a new pre-surgical resource for the preparation of patients with giant ventral hernias, since it allows the closure without tension in most cases. In addition, it helps transoperatively with the components separation, since there is a better manipulation at the time of displacing the muscular structures. Ideally, the surgical intervention should be performed four weeks after its application. (AU)

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