Señor Editor:

En su revista se publicó un artículo de revisión titulado Salud sexual y reproductiva en tiempos de la COVID-19 en el que los autores describen como incide la COVID-19 en la salud sexual y reproductiva a diferentes niveles. Este es un tema tratado con frecuencia debido al carácter reciente de la pandemia, la cual se ha caracterizado por provocar nuevas y variadas consecuencias patológicas de manera continua.1 El artículo abarca el tema en casi todas sus aristas, pero consideramos que no se mencionó un factor determinante que afecta a la salud sexual y reproductiva que es la disfunción eréctil que puede ocasionar la COVID-19. La evidencia sólida acumulada en las últimas décadas respalda la noción de que la función eréctil es un excelente marcador sustituto de la salud sistémica en general y del rendimiento vascular en particular, que comparte muchos factores de riesgo con las enfermedades cardiovasculares. Esto se describe mediante la ecuación DEndt = DE (la disfunción endotelial es igual a la disfunción eréctil y viceversa). La integridad vascular es necesaria para la función eréctil, y es probable que el daño vascular asociado a la COVID-19 afecte el frágil lecho vascular del pene, lo que resultará en una función eréctil deteriorada.2,3 Como lo demuestran las pruebas radiológicas posteriores a la recuperación, puede haber una fibrosis significativa en el intersticio pulmonar por COVID-19. Con la fibrosis pulmonar, la función pulmonar fisiológica se ve afectada, lo que lleva a un intercambio de gases...(AU)