Lo que quiere decir jugar según François Zourabichvili y Donald Winnicott

Aesthethika (Ciudad Autón. B. Aires); 16 (1), 2020
Publication year: 2020

A partir de la lectura de El Arte como juego, en el que François Zourabichvili compara la manera en la que la estética da lugar al juego en filosofía con la manera en que el juego conduce a la pregunta por el arte en psicoanálisis, el presente artículo interroga el lugar y la función del juego y del arte en filosofía y en psicoanálisis. El arte, presentado como un juego de desciframiento, encuentra en esta articulación un carácter activo, en oposición a la tendencia a situarlo en el registro de la pura contemplación. La hipótesis del juego, que lleva a Winnicott a dar a éste un estatuto de practica referida a la pulsión creativa, es importante no solo en la clínica infantil, sino que es, en su capacidad de intervenir en el área indeterminada de lo informe (transicional, potencial, de la ilusión), un pilar de toda la clínica analítica. Winnicott desarrolla en efecto, a partir de la idea de lo informe, una une teoría del espacio que convoca a la vez el sueño y lo real, en la medida en que se trata de un espacio en el que el sueño no solamente proporciona una satisfacción ilusoria, sino que crea también una ilusión de control de lo real. De este modo, la espacialización tiene efectos sobre la simbolización. El demuestra así ser el lugar de una génesis preposicional del individuo, la matriz de una gramática donde el sujeto abre paso al objeto del cual él mismo emerge y se separa. El arte como juego tiene que ver, entonces, con una experiencia de lo informe, en la que el individuo se vive en unión con el mundo y consigo mismo, una experiencia tanto reflexiva como subjetiva
Comparing the way in which aesthetics gives rise to a form of playing in philosophy with the way in which playing leads to the question about art in psychoanalysis, this article interrogates the function of playing and art in philosophy and psychoanalysis. Art, presented as a deciphering game, finds in this articulation an active character, as opposed to a pure contemplation. On the other hand, playing becomes a form of practice related to creative drives, not only in child psychoanalysis, but in its ability to intervene in formless spaces (transitional, potential, space of illusion), a pillar of the entire analytical clinic Winnicott develops from this idea a theory of space that summons both the dream and the real: a space in which the dream not only provides an illusory satisfaction, but also creates an illusion of control of the real. Thus, spatialization has effects on the symbolization, on the prepositional genesis of the individual, the matrix of a grammar where the subject gives way to the object from which he emerges and separates. Art as a game is presented, then, with an experience of the formless in which the individual lives in union with the world and with himself, both a reflexive and subjective experience

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