El tratamiento de la insuficiencia cardíaca refractaria está dirigido a:

1) reducir el volumen sanguíneo para disminuir la sobrecarga cardíaca (presión de lleno ventricular). 2) Aumentar la fuerza de la contracción miocárdica. 3) Rebajar la resistencia periférica para aumentar el volumen minuto cardíaco y, al mismo tiempo, lograr que decrezca el trabajo del corazón (reducción de la impedancia). Recientemente, el uso de vasodilatadores periféricos en ciertos pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva resistente al tratamiento, ha demostrado ser de utilidad al inducir un decremento en la resistencia periférica, dando como resultados un aumento del volumen minuto cardíaco y una disminución del trabajo cardíaco. También hay casos en que el uso de glucocorticoides induce una diuresis beneficiosa en dichas situaciones