Secuelas Endocrinológicas del Tratamiento de las Enfermedades Oncológicas en la Infancia y Adolescencia

Rev. argent. endocrinol. metab; 46 (1), 2009
Publication year: 2009

Los avances en el tratamiento de las enfermedades oncológicas en la infancia y adolescencia han permitido que la tasa de sobrevida en niños tratados por cáncer aumente progresivamente. Alrededor del 70% de los pacientes pediátricos tratados por tumores del SNC, el 80% por leucemias linfoblásticas agudas y más del 90% por linfoma de Hodgkin sobreviven a los mismos. Los trastornos endocrinos de los diferentes ejes se observan en un alto porcentaje de los sobrevivientes, debido a afecciones producidas por la enfermedad de base, el tratamiento o intercurrencias. Muchas de estas anomalías pueden sobrevenir años o décadas luego del tratamiento. La terapéutica de estas enfermedades comprende diferentes esquemas incluyendo cirugía, quimioterapia y radioterapia. Estos intensos esquemas de tratamiento pueden tener como consecuencia la aparición de diversas secuelas; 40% de los pacientes tratados por enfermedades oncológicas en la infancia va a tener alguna secuela endocrina relacionada con la enfermedad de base, la cirugía, la radio y/o quimioterapia; dependiente de la edad al inicio de la enfermedad y/o tratamiento, el género y el tiempo transcurrido desde la finalización del tratamiento. Postradioterapia craneal el orden de alteración de los ejes es 1) eje somatotrófico, 2) eje gonadotrófico, 3) eje adrenocorticotrófico y 4) eje tiroideo. La radio y quimioterapia pueden producir daño gonadal primario siendo el epitelio germinal del varón el más susceptible. La recuperación a medida que se aleja de la finalización del tratamiento es infrecuente, pero posible. Es de suma importancia conocer las posibles alteraciones con el objeto de realizar un adecuado control de los pacientes, durante su infancia y adolescencia y en la vida adulta.

Con este fin se recomienda:

• Una observación semestral del crecimiento y desarrollo puberal, en todos los niños tratados por neoplasia maligna, hasta que alcancen su estatura adulta y completen su desarrollo sexual. Se deberá prestar especial atención al inicio precoz de los signos puberales y a la falta de aparición de los mismos dentro del rango de edad esperado. • Un control anual de la función tiroidea, que incluya los valores de TSH y hormonas tiroideas, examen clínico con palpación de la glándula y ecografía. • El nivel de cortisol matinal debe ser determinado anualmente por un período de hasta 15 años luego de la finalización del tratamiento oncológico.
Most children diagnosed with a malignancy may now be expected to become long term survivors. The overall survival rate for childhood cancers is greater than 70% for pediatric central nervous system tumors, 80% for acute lymphoblastic leukemia and exceeds 90% for those diagnosed with Hodgkin´s disease. Endocrine sequelae, ranging from 20 to 50%, have been documented in these children, related to the underlying condition, the nature and dosage of cytotoxic chemotherapy and the amount and schedule of irradiation. Long term effects affecting the endocrine system represent a frequent complication of treatment and many of these endocrine disturbances could develop several years after the completion of treatment schedules. Several factors as age at which treatment was initiated, the length of time since treatment and gender modified these long term late effects. There is a strong association between the total radiation doses and pituitary hormone deficiencies. The growth hormone axis is the most sensitive followed by the gonadotropic and thyrotropic axes. Radio and chemotherapy cause male and female gonadal dysfunction Patients at risk of developing endocrinologic sequelae must be identified and monitored closely to assess the magnitude of any late effects in order to prevent associated morbidity. The following are the recommendations of the Children´s Oncology Group for the surveillance of these group of patients: • Semi-annual screening of growth in all children. Pubertal onset and tempo should be assessed to detect precocious, early, late puberty or gonadal failure. • Annual screening including clinical examination and levels of T4 and TSH. • Serum cortisol levels should be obtained yearly until 15 years off therapy.

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