Se exponen los criterios básicos para el diagnóstico electrovectocardiográfico de los crecimientos ventricular izquierdo y biventricular, a la luz de la sucesión de los procesos de despolarización y de repolarización del miocardio.

Se analizan primero los signos de dilatación del ventrículo izquierdo por sobrecarga diastólica:

aumento de la manifestación de los principales vectores resultantes de la activación de dicho ventrículo, sobre todo por acercamiento de las paredes ventriculares a los electrodos exploradores. Tales vectores se proyectan en los complejos y en las curvas vectocardiográficas ventriculares, que son amplias y tienen giro antihorario en los tres planos. Si la sobrecarga diastólica es pura, las ondas T permanecen positivas y de ramas asimétricas-aunque con voltaje aumentado-en las derivaciones izquierdas, mientras que el asa T, de tipo secundario, es concordante con el asa R. Esto se debe a mayor duración de los frentes de la repolarización ventricular izquierda. Se describen después los datos de hipertrofia global del ventrículo mencionado, por sobrecarga sistólica sostenida: aumento de la magnitud y de la manifestaciones de todos los principales vectores resultados de la activación de dicho ventrículo (I, IIi, IIIi) por mayor duración de los frentes de onda que les dan origen. Si coexiste un BRIHH, desaparece la manifestación del primer vector septal. En los casos de sobrecarga extrema, la onda T aparece negativa, con características morfológicas de tipo secundario en las derivaciones izquierdas y el asa T se opone al asa R en los planos frontal y horizontal. Esto acontece por inversión del sentido del proceso de la repolarización de las paredes libres del ventrículo izquierdo. Por efecto de una hipertrofia ventricular izquierda de tipo segmentario, aumentan en general la magnitud y la manifestación de los vectores septal I y II izquierdo. Cuando existe un crecimiento biventricular, predomina la manifestación de las fuerzas electromotrices del ventrículo más hipertrofiado