Linfomas primarios del estómago: resultados a largo plazo
Primary lymphomas of the stomach: long-time results

Rev. chil. cir; 56 (2), 2004
Publication year: 2004

El tratamiento de los linfomas primarios del estómago (LPE) ha sido por largo tiempo controversial. Los esquemas empleados van desde la cirugía sola o asociada a quimioterapia, quimio-radioterapia y últimamente quimioterapia exclusiva. La baja frecuente de la enfermedad no permite el desarrollo de grandes series randomizadas. Entre 1981 y el 2001 hemos seguido prospectivamente una serie de 70 pacientes con LPE tratados con cirugía sola o asociadas a quimioterapia según el estadio, y cuyos resultados comunicamos con el objeto de que sirvan como referencias nacionales para la comparación con otras modalidades terapéuticas. Se trata de 70 pacientes sintomáticos diagnosticados mediante endoscopia, biopsia endoscópica y de médula ósea, y etapificación según la clasificación de Ann Arbor. Se practicaron gastrectomías tipo D2 sin esplenectomía. Cuando el compromiso linfonoidal fue histológicamente confirmado se agregó un esquema de ciclofosfamida-doxorrubicina-vincristina y prednisona en 6 ciclos. Los pacientes fueron seguidos procpectivamente con una media de 89 meses. Se evaluaron los resultados inmediatos y la sobrevida según el método de Kaplan-Meier. El estado postoperatorio fue medido según la clasificación de Visick. Los LPE constituyeron el 4,5 por ciento de los tumores gástricos operados en ese período. La localización más frecuente fue el tercio distal (37 por ciento). La forma macroscópica más frecuente fue el tipo Bormann III con un 21,4 por ciento, presentándose como ulceraciones múltiples solo en un 9 por ciento. En 21,4 por ciento el diagnóstico fue inicialmente confundido con carcinoma. Dos pacientes corresponden a linfomas MALT que no respondieron a erradicación de H. pylori. Un paciente fallece en postoperatorio tras ser operado por hemorragia exanguinante (1,4 por ciento). De la serie 43 por ciento corresponden a Etapas I, 18,5 por ciento a Etapa II, y 38,5 por ciento a II2; 26 por ciento son para la II (p= 0,0056). La sobrevida de los de bajo grado fue de 91,6 por ciento y los de alto grado 76,4 por ciento (p= 0,028). La mejor sobrevida fue para los pacientes con tumores de bajo grado y etapa I (98 por ciento) y la peor para aquellos de alto grado etapa II (63 por ciento). Después de gastrectomía total y subtotal el 38 por ciento y 89 por ciento está en Visick 1 respectivamente.

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