Rev. chil. obstet. ginecol; 80 (3), 2015
Publication year: 2015
INTRODUCCIÓN:
La colposacropexia por vía abdominal abierta (CSPA) es el gold standard para el tratamiento del prolapso de la cúpula vaginal (PCV). OBJETIVO:
Mostrar nuestra experiencia, en un Hospital de mediana complejidad, en los primeros siete casos sometidos a un CSPA, reportando las complicaciones intra y post operatorias. MÉTODO:
Se realizó un estudio prospectivo descriptivo en nuestras siete primeras pacientes portadoras de un prolapso de cúpula vaginal estadio III o IV (POP-Q) sintomáticas, sin incontinencia urinaria y sometidas a una CSPA, con una malla mixta en el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Quilpué. RESULTADOS:
Se reclutaron 7 pacientes. Ninguna de ellas presentaba complicaciones con riesgo vital peri-operatorio, en un período de seguimiento de 33 meses. En el 100% de las pacientes se logró cura objetiva definida como un POP-Q estadio 0 o I, y buena calidad de vida según el Cuestionario de Impacto del Piso Pélvico (PFIQ-7, versión validada en español). Durante el seguimiento, sólo una paciente presentó exposición asintomática de 5 mm de la malla, resuelta con su resección por vía vaginal. Ninguna paciente requirió de una cirugía por prolapso de órganos pélvicos después de la CSPA. CONCLUSIÓN:
Los resultados obtenidos concuerdan con la literatura. La CSPA sigue siendo el gold standard para el tratamiento del PCV, no siendo superada por el momento, por ninguna otra técnica, incluso la colposacropexia laparoscópica. Estimamos que el uso de mallas parcialmente reabsorbibles pueden disminuir la exposición de mallas, sin embargo se requieren de más estudios.
INTRODUCTION:
The abdominal sacral-colpopexy is currently considered the gold standard for the management of (CSPA) vaginal vault prolapse (PCV). OBJECTIVE:
To report our surgical experience at a county hospital with our first seven abdominal sacral-colpopexy cases. Reporting intra and post-operative complications. METHODS:
We conducted a prospective descriptive study involving our first seven cases of patients with symptomatic vaginal vault prolapse stage III or IV (POP-Q) without urinary incontinence. All patients were undergoing CSPA with a partially absorbable mesh in the Obstetrics and Gynecology Department at the Quilpué Hospital. RESULTS:
Seven patients were recruited. None of them presented a life threatening complication during a mean follow up period of 33 months. A hundred percent of patients achieved objetive cure defined as POP-Q stage 0 or I and subjective cure defined as a significant improvement in a validated questionnaire (PFIQ-7 spanish version). During patients follow up, only one patient had an asymptomatic 5 mm mesh exposure, resolved with a vaginal resection. None of the patients required surgery for pelvic organ prolapse after the CSPA. CONCLUSION:
These results are in agreement with the international literature. The CSPA continues to be the gold standard for the PCV treatment of vaginal vault prolapse and has not been surpassed by either vaginal technique or the laparoscopic sacral-colpopexy. We believe that the use of partially reabsorbable meshes can decrease the rate of mesh exposure, however further studies are required.