Identificar la fragilidad en pacientes con enfermedad cardiovascular: ¿opción u obligación?
Identifying fragility in patients with cardiovascular diseases: An option or an obligation?

Rev. colomb. cardiol; 22 (5), 2015
Publication year: 2015

A medida que la población envejece, crece el número de pacientes con múltiples comorbilidades asociadas a enfermedades cardiacas, y estas se presentan en estados más avanzados de severidad. En nuestro medio, además, la consulta por enfermedades cardiovasculares ocurre tarde, hecho que se traduce en una dificultad adicional en cuanto a la toma de decisiones de manejo en comparación con pacientes más jóvenes. Sin embargo, la edad no puede usarse como criterio independiente para evaluar el pronóstico y la utilidad de pruebas diagnósticas y terapéuticas en pacientes ancianos teniendo en cuenta la gran variabilidad del estado funcional de este grupo etario. Muchos se benefician del manejo intensivo e incluso han mostrado mayor sobrevida que los jóvenes, con mejor calidad de vida, disminución de síntomas y prevención de eventos graves. A razón de lo anterior, es pertinente realizar una evaluación objetiva e individual de los pacientes con miras a determinar el plan de manejo más apropiado. Reconocer aquellos con mayor riesgo por su baja reserva fisiológica, permitirá, en cierto modo, predecir los resultados de procedimientos invasivos tanto diagnósticos como terapéuticos. Hasta el momento no existe una escala universal validada o incluso una lista para determinar quién es candidato para procedimientos invasivos o por el contrario, debe continuar manejo médico exclusivo dado el alto riesgo de complicaciones. Se tienen a disposición ciertos criterios que ayudan a tomar una decisión consciente y avalarla desde el punto vista médico y legal. Estos criterios incluyen comorbilidades y su control, soporte social, funcionalidad, estado cognitivo, fragilidad y voluntad del paciente; este último aspecto debe tenerse en cuenta y hacer parte fundamental desde el inicio de la evaluación. Así mismo, el paciente debe conocer todas las posibilidades y contar con soporte familiar para expresar su opinión al equipo médico tratante.

Bien lo afirmó Fonnegra1 en un trabajo anterior de la revista:

«el rechazar manejo y aceptar la muerte es también una opción disponible», en cuyo caso el paciente debe continuar con el soporte y el manejo médico, aunque las expectativas y el pronóstico cambien.

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