Se destaca la importancia de los principales indicadores que permiten el conocimiento de la mortalidad, como componente del estado de salud de una población. Se hace una revisión acerca de las fuentes de información básicas para su estudio, así como de los procedimientos de cálculos para su obtención. Se insiste en la gran utilidad del indicador "Años de vida potencialmente perdidos", para el análisis de las defunciones por diversas causas, que ocurren a edades tempranas en una población. Posteriormente, se abordan aquellas medidas de la mortalidad a las cuales hay que recurrir mediante fuentes de información complementarias, en los casos de poblaciones en que las estadísticas vitales no sean confiables, bien sea por poca cobertura o por escasa integridad de los registros. Se mencionan los procedimientos para la obtención de estimaciones de la mortalidad infantil, juvenil y adulta, de la tasa bruta de mortalidad y para la evaluación de la calidad de los registros de defunciones