Vitamin A deficiency and anemia among children 12-71 months old in Honduras
Deficiencia de vitamina A y anemia en niños de 12 a 71 meses de edad en Honduras
Rev. panam. salud pública; 6 (1), 1999
Publication year: 1999
Vitamin A deficiency (VAD) and iron deficiency anemia (IDA) have been recognized as public health problems in Honduras for over 30 years. This paper, based on the 1996 National Micronutrient Survey on 1.678 children 12-71 months of age, presents the results for vitamin A status and anemia prevalence, as well as the level of vitamin A in sugar at the household level. The results showed that 14 per cent of the children were subclinically vitamin A deficient (plasma retinol < 20 ug/dL) and 32 per cent were at risk of VAD (plasma retinol 20-30 ug/dL). These data indicate that VAD is a moderate public health problem in Honduras. Logistic regression analysis showed that children 12-23 monts old living in areas other than the rural south of the country were at greatest risk of subclinical VAD. Infection, indicated by an elevated alpha-1-acid-glycoprotein level, increased the risk of subclinical VAD more than three-fold. Children from households that obtained water from a river, stream, or lake were at twice the risk of subclinical VAD compared with other children. That same doubled risk was found for children from a household with an outside toilet. VAD can be controlled by fortifying sugar. Retinol levels in sugar at the household level were about 50 per cent of those mandated by Honduran law. There appears to be significant leakage of unfortified sugar into the market. This is particularly true in the rural north, where 33 per cent of samples contained no retinol. Overall, 30 per cent of children were anemic (Hb < 11 g/dL). Logistic regression analysis showed that children whose fathers lived with them but who had not attended at least grade 4 of primary school were at 33 per cent greater risk of being anemic. Infection and being underweight increased the risk of being anemic by 51 per cent and 21 per cent, respectively. Many of the anemic children had not been given iron supplements, suggesting health care providers may not be aware that anemia is widespread among young children and/or know how to diagnose it
En Honduras, la deficiencia de vitamina A (DVA) y la anemia ferropénica (AF) han
sido problemas de salud pública reconocidos desde hace más de 30 años. Este trabajo, que se basa en la Encuesta Nacional de Micronutrientes de 1996 aplicada a 1 678 niños de 12 a 71 meses de edad, presenta los resultados relacionados con la situación de la vitamina A y la prevalencia de anemia, así como con las concentraciones de vitamina A en el azúcar de consumo domiciliario. Según los resultados, 14% de los niños tenían deficiencia subclínica de vitamina A (retinol plasmático < 20 g/dL) y 32% estaban en riesgo de DVA (retinol en plasma 20–30 g/dL). Estos datos indican que en Honduras la DVA es un problema de salud pública de importancia moderada. Un análisis de regresión logística demostró que los niños de 12–23 meses de edad que no vivían en la zona rural del sur del país corrían el mayor riesgo de DVA subclínica. El tener una infección, reflejada en una elevación de las concentraciones de alfa-1-glucoproteína ácida, aumentó más de tres veces el riesgo de DVA subclínica. Los niños de hogares con agua extraída de ríos, arroyos o lagos mostraron un riesgo doble de DVA subclínica, en comparación con otros niños. Ese mismo riesgo doble se encontró en niños
de hogares con el baño situado en el exterior. La VDA puede controlarse mediante la fortificación del azúcar. Las concentraciones de retinol en el azúcar de consumo domiciliario fueron de alrededor de 50% de las dictadas por la ley en Honduras. Hay una filtración importante de azúcar sin fortificar en el mercado, particularmente en la zona rural del norte, donde 33% de las muestras no tenían retinol. En general, 30% de los niños mostraron anemia (Hb < 11 g/dL). Un análisis de regresión logística reveló que los niños cuyos padres vivían con ellos pero no habían cursado por lo menos el cuarto año de primaria corrían un riesgo 33% mayor de tener anemia. La presencia de una infección y el tener insuficiencia de peso aumentaron el riesgo de anemia en 51 y 21%, respectivamente, lo cual indica que los proveedores de atención de salud no siempre saben que la anemia es un problema muy diseminado en niños pequeños ni tampoco saben diagnosticarla