Se revisa el mito andino según el cual la escuela representa el triunfo de la cultura invasora (hispánica), con sus propias categorías lógicas y escritura, en desmedro de la tradición oral y el animismo que caracterizan a la cultura quechua. La narración, cargada de metáforas, nos informa del temor que la escuela genera en el niño andino, en tanto espacio de imposición violenta y eventual pérdida de identidad. Tomando en cuenta que la aspiración a la escolaridad parece un anhelo muy sentido dentro de las expectativas sincréticas del mestizaje y que los hallazgos empíricos vendrían a demostrar que el bilingüísmo no es un impedimiento para el adecuado rendimiento escolar de un grupo de niños cusqueños, se replantean los alcances de este mito, circunscrito a las zonas más pobres del sur andino peruano, para dar paso a las aspiraciones de modernidad vía aculturación, prevalentes en la sociedad peruana actual. La riqueza simbólica de los contenidos del mito esclarece la comprensión de un modo de ver el mundo fascinante por su exotismo pero, a fin de cuentas, limitante para una aunténtica integración cultura