Psicosis en la adolescencia; psicosis infantiles descompensadas; psicosis adolescentes; psicosis del adulto de inicio adolescente: una aproximación desde la consulta de adolescentes
Psychoses in adolescence; incompensed childhood psychoses; adolescents psychoses; adult psychoses of adolescent origen: an approach from the adolescent consultation
Rev. psiquiatr. (Santiago de Chile); 5 (4), 1988
Publication year: 1988
En esta comunicación he subdividido los cuadros psicóticos que atendemos en la consulta de adolescentes de un Servicio de Psiquiatría siguiendo los criterios de Silver. He ilustrado esta conceptualización con el estudio de 40 casos atendidos personalmente en un período de tres años, 1985-1987. A través de ellos vemos que una parte significativa, un 40% son trastornos que se inician en la infancia (autismos, retrasos mentales, psicopatías autísticas de Asperger) y se re-psicotizan en la adolescencia. En todos ellos se ponen de manifiesto déficit estructurales. Llama la atención que los autistas han sido los más cuidados, seguidos de los retrasados, pero que los cuadros esquizoides en nuestro medio no han recibido atención alguna pese a su gravedad. Un 30% podemos considerarlos como cuadros que se inician y terminan en la adolescencia, psicosis adolescentes, practicamente con ningún o escaso parentesco con el grupo anterior, y que se caracterizan por una sintomatología positiva pero benigna en su evolución. La importancia de las carcterísticas psicobiológicas de la adolescencia queda de manifiesto en este grupo, así como la presencia de importantes estresores sociales y familiares. Finalmente otro tercio de nuestra casuística está constituída por aquellos trastornos que se inician en la adolescencia y acompañarán al sujeto toda su vida (esquizofrenias, cuadros esquizo-afectivos, trastornos afectivos mayores). Estos tres grupos de psicosis constituyen una parte importante de los cuadros más graves, deteriorantes e invalidantes que vemos los clínicos, donde más recursos asistenciales son necesarios, en redes que abarcan desde la hospitalización a tiempo completo, hospitales diurnos, talleres protegidos, hogares sustitutos y a medio camino, asistencia en el hogar y diversos modelos de atención ambulatoria para el sujeto y su familia. Recursos que hasta ahora son muy insuficientes pese a lo desarrollado en los últimos años. Un capítulo aparte lo constituye el potencial preventivo aún no utilizado, al menos en nuestra experiencia, y que constituye todo un desafío para quienes trabajamos en salud mental en infancia y adolescencia