En los últimos años se han puesto en duda las afirmaciones tradicionales sobre el bajo poder adictivo de las benzodiazepinas, sugiriéndose en cambio que el riesgo es mayor que lo previamente estimado, que para la producción de la adicción no es indispensable el uso del fármaco en grandes dosis por tiempo prolongado y que el fenómeno no se da sólo en sujetos proclives a hacerse dependientes. En el presente trabajo se mencionan algunas investigaciones que apoyan esta posición y la carencia de antecedentes suficientes que permitan suponer un potencial adictivo diferente entre diversas benzodiazepinas