Inicia el trabajo con una semblanza de emociones y actitudes que giran en torno al embarazo; cuando este proceso se ve interrumpido ya sea por aborto, habitos, muerte neonatal o recién nacido con patologías permanentes provoca a la pareja desajustes emocionales, generando sentimientos negativos.

Para los fines del trabajo se proponen 4 etapas:

1.Impacto y Negación; reacción de sorpresa aparejada con crísis de risa o llanto, incredulidad y desconcierto; 2.Ira; sentimientos de enojo y condena, canalizada hacia la persona perdida, hacia aquellos que rodearon el suceso, hacia instituciones, etc. 3.Esta etapa se caracteriza por la ocurrencia de depresión, incremento de sentimientos devaluatorios, autoinculpación, llanto, trastornos en el ciclo sueño-vigilia, etc., dando por resultado un cuadro depresivo que va a favorecer la real aceptación de la pérdida, se asume el hecho doloroso de la pérdida como recuerdo. Se estima que en seis meses la persona logra su recuperación y concluye que el manejo de pacientes con duelo prolongado debe ser proporcionado por personal especializado con el apoyo del equipo de salud