La gonorrea constituye actualmente un problema importante de salud pública, cuyo impacto se refleja en su morbilidad y a través de sus complicaciónes y secuelas crónicas. El agente causal es Neisseria gonorrhoeae, conocido comúnmente como gonococo, y su único hospedero es el humano. Su forma de transmisión es por el contacto sexual o perinatal. cuando en 1985 se realizó el ensayo clínico de una vacuna producida con pili de gonococo en unos 3,000 voluntarios, se pensaba que las investigaciones para producir una vacuna para gonococo estaban cercanas a lograr su propósito. Sin embargo, a partir de entonces se han debido enfrentar problemas inherentes a las complejidades fisiológicas, inmunoquímicas, moleculares y genéticas de la bacteria.

La obtención de una vacuna eficaz puede analizarse desde tres puntos de vista:

aspectos de la bacteria, del huésped y con los de la vacuna misma. La identificación de los posibles candidatos para una vacuna se han dirigido a seleccionar componentes que sean constantes entre cepas homólogas y cepas heterólogas, que no dañen el sistema inmunológico del huésped y que estén expuestos en la pared celular de las bacterias. Se ha considerado que los pili, la proteína I, la lipoproteína y la proteína receptora de hierro reúnen estas características. En caso de que la protección que otorgue la vacuna únicamente sea para las complicaciones ocacionadas por la diseminación de la bacteria, ésta será insuficiente para interrumpir la cadena de transmisión