En el último decenio, la investigación en el campo de la malariología ha logrado avances sin presedente en el conocimiento de los parásitos causantes de la enfermedad, tanto en su biología, como en la identificación y análisis de la fisiología de sus antígenos con probable utilidad en la elaboración de vacunas. Estos estudios han permitido entender los procesos de recombinación y variación antigénica, llevar a cabo el aislamiento y clonación de los genes que codifican para antígenos de probable importancia y el estudio de la forma de acción y los mecanismos de resistencia a las drogas antimaláricas.

En el momento actual son tres los tipos de vacunas contra el paludismo que se están investigando en forma intensiva:

1) Vacunas dirigidas contra estadios pre-eritrocíticos del parásito, las cuales bloquearían la infección desde la entrada del esporozoito o durante su desarrollo en las células del parénquima hepático. Estas vacunas tendrán que ser muy efectivas ya que basta con un solo merozoito que gane acceso a la sangre para que la enfermedad inicie; 2) Vacunas contra los estadios asexuales del parásito, mediante el bloqueo de la invasión eritrocitaria o la destrucción del parásito durante su desarrollo intracelular. Estas preparaciones pretenden inducir una inmunidad similar a la que se obtiene con episodios repetidos de la enfermedad (premunición) resultando en una disminución de la morbilidad y mortalidad; 3) Vacunas basadas en el uso de las formas sexuales del parásito que bloquearían su transmisión al mosquito. Estas vacunas son llamadas altruistas, no tendrían efecto protector directo en la persona inmunizada sino que al disminuír la infección en el mosquito y la carga de esporozoitos en la población vectora, la población humana se encontraría en menor riesgo de contraer la enfermedad