Bases biológicas de la conducta sexual en animales
Biological basis of the sexual behavior in animals

; (), 1994
Publication year: 1994

"La investigación básica acerca de los mecanismos que regulan la conducta sexual ha demostrado que las hormonas esteroides juegan un papel preponderante en su expresión. En los mamíferos de sexo masculino, la testosterona es la hormona sexual. Evidencias experimentales señalan que en los mamíferos no-primates, esta hormona no actúa como tal, sino que sufre transformaciones químicas para ejercer sus efectos tanto conductuales como periféricos. Por un lado, es convertida a estrógenos y son estos últimos los responsables de sus efectos conductuales. Por otro lado, es reducida a dihidrotestosterona que es la responsable de los efectos sobre los órganos sexuales. En los primates, en cambio, la transformación a estrógenos no parece ser un evento esencial para que la testosterona ejerza sus efectos conductuales. En los mamíferos de sexo femenino, las hormonas sexuales son los estrógenos y, en algunas especies, también la progesterona. En las hembras de ovulación espontánea, la receptividad sexual está claramente asociada al periodo periovulatorio. En cambio, en los denominados ovuladores reflejos, las hembras se encuentran en un estado de receptividad constante y es la cópula la que desencadena la ovulación. La receptividad sexual en los mamíferos no-primates es estrictamente hormono-dependiente. En los primates hembras, la expresión de la conducta sexual también es regulada por los estrógenos y la progesterona. Sin embargo, el análisis cuidadoso de sus efectos, revela que las hormonas esteroides producen cambios en el olor del área genital de la hembra que afectan la conducta sexual del macho, más que de la hembra misma. Aparentemente, los estrógenos alteran el valor del estímulo sexual, el atractivo, que la hembra representa para el macho. Los andrógenos de origen suprarrenal parecen jugar también un papel importante en la regulación de la conducta sexual femenina de los primates; en humanos afecta principalmente la libido y en primates no-humanos la conducta sexual global. Los sitios neurales sobre los cuales las hormonas sexuales ejercen sus efectos conductuales no han sido claramente identificados. Sin embargo, existen evidencias consistentes de que el área preóptica y el hipotálamo anterior son centros de integración de la conducta sexual masculina. De manera similar, el núcleo ventromedial del hipotálamo ha sido identificado como uno de los sitios neurales donde actúan tanto los estrógenos como la progesterona para producir los efectos conductuales en las hembras. En primates del género femenino, los andrógenos parecen ejercer sus efectos centrales en una área que comprende desde el hipotálamo anterior hasta el hipotálamo ventromedial. Los mecanismos moleculares desencadenados por las hormonas esteroides en sus áreas cerebrales blanco no se conocen con precisión. Se cree que los estrógenos actúan sobre receptores intracelulares; mientras que para la progesterona existe, además, un mecanismo que involucra la unión a receptores membranales"

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