"El término 'bisexualidad' es un nuevo vocablo, aún más reciente que el término homosexual. Los desarrollos conceptuales acerca de la bisexualidad han subyacido en forma secundaria a los intentos de explicación acerca de la homosexualidad, hasta muy recintemente, fundados en el supuesto de que la sexualidad humana debiera ser clasificada dicotómicamente como homosexual o como heterosexual. Es hasta muy recientemente, que otras disciplinas se han interesado en el proceso bisexual masculino, particularmente debido a la aparición de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida (VIH). En este capítulo se entiende como orientación sexual a la disposición erótica y/o afectiva hacia individuos del mismo o diferente género, sujeta a un proceso dinámico, que puede (o no) ser expresada como contacto físico sexual en forma simultánea, concurrente o serial con hombres y mujeres.

Existen algunos desarrollos teóricos que se pueden agrupar en forma general dentro de dos categorías:

1.- teoría conflictiva, y 2.- teoría adaptativa. Una nueva propuesta alternativa a la escala de Kinsey, consiste en conceptualizar la orientación sexual por medio de la utilización de un plano cartesiano de dos ejes: homosexualidad y heterosexualidad. Existe una propuesta que contiene ocho patrones de bisexualidad masculina, basándose fundamentalmente en dos componentes: 1.- el grado de estigmación del comportamiento homosexual, y 2.- el grado de especialización del rol homosexual y las oportunidades de expresar tal rol. Una propuesta distinta de clasificación es de acuerdo con el involucramiento en redes hetero u homosexuales, variando por edad y estrato socio-económico. La expresión de la sexualidad de los individuos, independientemente de cuál(es) sean(n) la(s) causa(s) de la orientación sexual, está inmersa en entornos culturales específicos, que de múltiples maneras influyen en la forma de ejercer la sexualidad. Se ha señalado que la bisexualidad masculina en México, proviene de una forma de conceptualizar las relaciones homosexuales y la masculinidad en formas distintas a lo observado en otras culturas: la amenaza a la virilidad de los participantes en encuentros homosexuales no se presenta mientras los hombres identificados como heterosexuales jueguen el papel anal insertivo y no evidencien femineidad, manteniendo los roles sociosexuales masculinos, y mientras exista falta de parejas sexuales disponibles de sexo femenino. Esta falta de parejas...