La sexualidad en la tercera edad
The sexuality in the third age
; (), 1994
Publication year: 1994
"En el transcurso de la senectud, la sexualidad sigue desempeñando un papel importante, pese a la falta de oportunidad para ejercerla y la marginación que sufre la población añosa. Mientras se conserve en buen estado de salud, no hay motivo alguno para que el interés y las prácticas sexuales desaparezcan. El envejecimiento produce algunos cambios en la fisiología sexual, de los que destacan una mayor lentitud y una menor intensidad de las respuestas del ciclo sexual, lo que tampoco constituye un impedimento para la actividad sexual. Es importante ubicar a la sexualidad dentro del contexto comportamental y psicológico de los individuos; de esta manera se observa que la forma de ejercer la sexualidad durante la vejez está determinada por la actitud que el sujeto ha tenido ante el sexo durante toda su vida. Las diversas investigaciones referentes a la sexualidad en la tercera edad, han demostrado que el interés y la actividad sexuales si bien van disminuyendo con el paso de los años, persisten en una alta proporción de sujetos añosos. Así, se ha encontrado que alrededor del 30 por ciento de personas de ambos sexos, mayores de 65 años, conservan una actividad sexual regular y que en un alto porcentaje de individuos persiste el interés sexual. En la mujer, limita el ejercicio de la sexualidad, la falta de un compañero sexualmente activo, en tanto que en el hombre lo hace la monotonía, las preocupaciones, la fatiga, las enfermedades, los excesos de alcohol y los alimentos y el temor de fallar. Existen factores psicológicos y culturales que inciden negativamente sobre la sexualidad en la tercera edad, como son la desinformación y la creencia que la práctica de la sexualidad es exclusiva de la población joven, y que desaparece en la senectud. El envejecimiento plantea problemas específicos en los homosexuales y las lesbianas como la angustia producida por la pérdida de la lozanía juvenil en los primeros y los celos en las segundas. Finalmente, debe ser subrayado que el modelo del acto sexual como se práctica en la juventud, no es aplicable tal cual en la vejez en la que cobra mayor importancia la cercanía y la intimidad corporal"