"Después de presentar un panorama general sobre las expectativas que los padres tienen sobre el nacimiento de sus hijos, se hace un breve análisis de la educación sexual en los niños sin discapacidad para entender los principios generales que deben seguir los adultos que desean apoyar el desarrollo de una sexualidad normal. Una vez establecidas las bases se procede a elaborar el perfil del terapeuta quien trabajará el programa que requieren las personas que sufren deficiencia mental, así como la formación que deberán tener éstos, si pretenden ayudar a estos individuos para que alcancen un desarrollo sano de su sexualidad. Se enfatiza la necesidad de conscientizarlos sobre sus propios prejuicios para evitar que éstos interfieran con el programa al igual que la importancia de conocer las limitaciones intelectuales del alumno garantizando con ello, que todos los mensajes sean comprendidos. Debido a que el orientador sexual podrá empezar a trabajar con sujetos de cualquier edad, a continuación se divide el tema en tres etapas: niñez, adolescencia y edad adulta. Durante la niñez, el programa se enfoca al desarrollo del concepto conductas públicas y privadas, el cual debe abarcar el entorno social de éstos, debiendo señalar todos los comportamientos inaceptables o inadecuados incluyendo las manifestaciones sexuales para crear con ello un esquema mental global de comportamientos aceptados por la sociedad. Se hace evidente también, la necesidad que existe en esta etapa de trabajar con los padres para lograr sistematizar las conductas adecuadas"