Ethanol intake and toxicity: in search of new treatments
Ingesta de etanol y toxicidad: en búsqueda de nuevos tratamientos

Int. j. morphol; 35 (3), 2017
Publication year: 2017

Prolonged alcohol consumption has consequences on the liver, producing necrotic precipitates and fibrosis, on the pancreas, causing the pancreatic acini to atrophy and destroying insulin-producing cells, and on the central nervous system (CNS), causing the gray and white matter in the frontal lobes of the brain and cerebellum to atrophy. Generally, alcohol is metabolized via oxidative pathways, where the enzymes alcohol dehydrogenase and aldehyde dehydrogenase participate during its metabolization in the liver and CNS, or via non-oxidative pathways during its metabolization in the pancreas. Ethanol metabolism can produce oxidative stress and tissue damage mediated by free radicals, causing morphological and functional alterations in the liver. In the pancreas, it can cause progressive and irreversible damage affecting the endocrine and exocrine functions, a result of the activation of the stellate cells, which are activated directly by alcohol, causing pancreatic fibrosis. In the CNS ethanol can bind directly to proteins, nucleic acids and phospholipids to develop its pathogenesis. The effects produced by alcohol can be counteracted by supplementation with antioxidants, which reduce the inflammation and areas of focal necrosis in the liver, inhibit the activation of pancreatic stellate cells, and reduce oxidative stress in the CNS. Additionally, in order to reduce the negative effects associated with alcohol consumption, recent studies have suggested the administration of antioxidants as a treatment strategy.
El consumo prolongado de alcohol tiene consecuencias en hígado, produciendo precipitados necróticos y fibrosis; en páncreas, provocando atrofia del acino pancreático y destrucción de las células productoras de insulina, y en Sistema Nervioso Central (SNC) generando atrofia de la sustancia gris y blanca en lóbulos frontales del cerebro y cerebelo. En general, el metabolismo del alcohol se consigue mediante las vías oxidativas, donde participan las enzimas alcohol-deshidrogenasa y aldehído deshidrogenasa durante su metabolización en hígado y SNC; o bien, mediante las vías no oxidativas durante su metabolización en páncreas. El metabolismo del etanol es capaz de producir estrés oxidativo y daño tisular mediado por radicales libres, causando alteraciones morfológicas y funcionales del hígado; en el páncreas, puede causar daño progresivo e irreversible afectando las funciones endocrinas y exocrinas de este órgano producto de la activación de las células estrelladas que son activadas directamente por el alcohol generando fibrosis pancreática; mientras que, en SNC se puede unir directamente a proteínas, ácidos nucleicos y fosfolípidos para desarrollar su patogenia. Los efectos producidos por el alcohol pueden contrarrestarse mediante la suplementación con antioxidantes, que reducen la inflamación y las zonas de necrosis focal en el hígado, inhiben la activación de células pancreáticas estrelladas, y reducen el estrés oxidativo en SNC. Asimismo, para reducir los efectos negativos asociados al consumo de alcohol, estudios recientes han propuesto la administración de antioxidantes como estrategia terapéutica.

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