El papel del cardiólogo clínico en un programa de prevención cardiovascular
The role of the clinical cardiologist in a cardiovascular prevention program
Rev. colomb. cardiol; 23 (6), 2016
Publication year: 2016
Para iniciar tan apasionante tema editorial se tendrá en cuenta una definición sobre la prevención en la enfermedad cardiovascular (enfermedad cardiovascular), que sea acertada y conceptualmente universal. En concordancia con ello, se asumirá aquella adoptada por el sexto grupo de trabajo continuo (6th. Joint Task Force) de la Sociedad Europea de Cardiología1, entidad que la define como un conjunto de acciones coordinadas, dirigidas a una población o un individuo, con el objetivo de eliminar o minimizar su impacto y las discapacidades relacionadas con esta2.
Al contextualizar esta definición, es claro que frente a una enfermedad que aún al día de hoy se posiciona como la líder mundial en morbilidad y mortalidad, la prevención se hace una necesidad prioritaria, más cuando se revisan las tendencias actuales de declive en la enfermedad coronaria, que vienen dándose desde la década de los 80, en países y regiones de poblaciones de altos ingresos económicos3. Esta directriz se relaciona de manera directa con las medidas de prevención que se pusieron en marcha de forma exitosa, entre ellas la entrada en vigencia en muchos países de la ley antitabaco, pero no se ve reflejada en países como el nuestro, ya que seguimos en un escalamiento progresivo y preocupante de la incidencia de obesidad, sedentarismo y diabetes mellitus en cuanto a factores de riesgo cardiovascular modificables. No menos alarmante es la poca efectividad en cuanto a llegar a metas en el tratamiento de patologías con gran incidencia en nuestro medio, como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la misma diabetes, debido a la falta de adherencia dada por múltiples causas.
Al evaluar causas directas de estas tendencias, la primera circunstancia que hace que las enfermedades crónicas no transmisibles estén en aumento son los estilos de vida modernos, que desde el proceso de industrialización cambiaron el rumbo del mundo, y así como dieron una calidad de vida diferente, también están pasándonos su cuenta de cobro.