Hipertensión arterial y adherencia al tratamiento: la brecha entre ensayos clínicos y realidad
Arterial hypertension and adherence to treatment: the gap between clinical trials and reality
Rev. cuba. salud pública; 44 (3), 2018
Publication year: 2018
La baja adherencia al tratamiento farmacológico en las enfermedades crónicas no transmisibles es considerada según la OMS un problema de salud pública. Ante la prescripción de un tratamiento farmacológico en pacientes con hipertensión arterial menos de la mitad de ellos continuara recibiéndolo de la forma indicada luego de 6 meses según el estudio ENSAT (48,15 por ciento de adherentes).1
En hipertensión arterial la adherencia deficitaria se describe como un causal del escaso cumplimiento de objetivos terapéuticos. En Argentina, el estudio RENATA evidencia que solo el 26,5 por ciento de los pacientes hipertensos tratados se encontraban bien controlados.2 Como se podía esperar, esta adherencia deficitaria se asocia a peor pronóstico en términos de morbilidad y mortalidad cardiovascular.3 Existen implicaciones clínicas a la hora de evaluar al paciente en forma individual ya que los resultados de fármacos empleados con beneficios sobre morbilidad y mortalidad cardiovascular durante ensayos clínicos, podrían no observarse en el contexto real del consultorio ya que en escenarios controlados el cumplimiento es óptimo. Se ha demostrado que el médico dedica en general poco o nada de tiempo de la consulta para evaluar la adherencia al tratamiento. Es recomendable la evaluación de la adherencia durante la consulta por medio de un cuestionario validado.4 Para valorar adherencia se dispone de métodos directos e indirectos. Los primeros si bien tienen la ventaja de tener un mayor grado de exactitud, presentan la limitación del costo o la disponibilidad, como la búsqueda de fármacos en plasma u orina. Los métodos indirectos presentan mayor accesibilidad y son aplicables en la consulta. Entre ellos están los cuestionarios validados como el test de Morisky-Green con cuatro ítems a responder por el paciente y el posteriormente desarrollado MMAS8 (Morisky Medication Adherence Scale) con 8 items (anexo).5 Si bien las causas de baja adherencia son variadas, se destacan por su importancia aquellas relacionadas a las características de la enfermedad crónica y frecuentemente asintomática que dificulta la toma de conciencia. Otra causa es vinculable al fármaco por su perfil de efectos adversos, complejidad de dosificación (a mayor número de fármacos peor adherencia) y mayor costo económico.6 La buena relación médico paciente tiene influencia positiva en la adherencia al igual que usar lenguaje acorde para concientizar al paciente sobre la enfermedad. Una causa esencial radica en los determinantes sociales, económicos y culturales. Tanto el bajo nivel socioeconómico, bajo nivel educativo y el desempleo se relacionan con mala adherencia. La falta de acceso al sistema de salud y la dificultad en la adquisición de fármacos son factores a tener en cuenta por los sistemas sanitarios a través de programas de seguimiento para pacientes crónicos. Es importante poner en práctica medidas para mejorar el nivel de adherencia. Entre ellas la evaluación periódica en la consulta mediante cuestionarios validados, indicar esquemas farmacológicos de simple dosificación o de ser posible terapias combinadas con un comprimido en dosis fijas y disponer de sistemas de monitoreo del tratamiento con llamados telefónicos o correo electrónico. Por último, brindar información y educar al paciente acerca de la enfermedad resulta una estrategia costo efectiva en este aspecto.4(AU)