Desinfección del equipo de protección personal en la atención sanitaria de la pandemia covid-19
Publication year: 2020
A medida que la pandemia COVID-19 se acelera, los sistemas de salud a nivel mundial se han saturado con pacientes que buscan una atención rápida y eficiente. La prevención de la propagación del virus entre los trabajadores de la salud (PS) y los pacientes depende del uso efectivo de equipos de protección personal (EPP), como guantes, mascarillas, gafas protectoras, protectores faciales, cofias, protectores de calzado y batas. Debido a la magnitud del problema, se prevé una escasez de EPP, convirtiéndose en uno de los principales problemas en la atención de la pandemia. Un aumento en el suministro de EPP requiere un gran aumento en el proceso de fabricación, un proceso que requiere de mucho tiempo y recursos, sin embargo, el número de enfermos aumenta en una velocidad alarmante. En vista de esta situación, la comunidad científica comenzó a generar recomendaciones sobre las posibles soluciones, entre estas se pueden mencionar: la reorientación de material de protección que se utiliza en otras áreas como construcción, laboratorios de investigación, salones de belleza, dentistas, veterinarios y granjas, a los servicios de salud1. Otras propuestas están orientadas a la reutilización del EPP previo a un proceso de esterilización. Para esto se propone la utilización de óxido de etileno, radiación UV o gamma, ozono y alcohol. Otras propuestas son la impregnación de las mascarillas con cobre o cloruro de sodio. Muchos científicos han reconocido que estos métodos de esterilización pueden comprometer la integridad estructural del EPP degradando las fibras de las máscaras y respiradores perdiendo su eficacia en el filtrado de partículas virales1. Otros planteamientos han descrito la utilización de EPP de tela, esto facilita su limpieza y desifección para su reutilzación segura, tal como se realizaba en épocas anteriores2. Este documento presenta las recomendaciones dadas hasta la fecha para la esterilización del EPP, en caso sea pertinente, ya que en algunos elementos la esterilización no es recomendada ya que compromete la capacidad de protección de los elementos, poniendo en riesgo la salud del personal de salud.
As the COVID-19 pandemic accelerates, healthcare systems worldwide have become saturated with patients seeking prompt and efficient care. Prevention of the spread of the virus among healthcare workers (PS) and patients depends on the effective use of personal protective equipment (PPE), such as gloves, masks, goggles, face shields, caps, shoe protectors, and gowns. . Due to the magnitude of the problem, a shortage of EPP is anticipated, becoming one of the main problems in the attention of the pandemic. An increase in the supply of PPE requires a great increase in the manufacturing process, a process that requires a lot of time and resources, however, the number of patients increases at an alarming rate. In view of this situation, the scientific community began to generate recommendations on possible solutions, among these we can mention: the reorientation of protective material that is used in other areas such as construction, research laboratories, beauty salons, dentists, veterinarians and farms, to health services1. Other proposals are aimed at reusing the PPE prior to a sterilization process. For this, the use of ethylene oxide, UV or gamma radiation, ozone and alcohol is proposed. Other proposals are the impregnation of the masks with copper or sodium chloride. Many scientists have recognized that these sterilization methods can compromise the structural integrity of EPP by degrading the fibers of the masks and respirators, losing their effectiveness in filtering viral particles1. Other approaches have described the use of fabric PPE, this facilitates its cleaning and disinfection for its safe reuse, as was done in previous times2. This document presents the recommendations given to date for the sterilization of PPE, if applicable, since in some elements sterilization is not recommended as it compromises the protection capacity of the elements, putting the health of health personnel at risk. .