Publication year: 2020
INTRODUCCIÓN. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de COVID-19. Alrededor del mundo se han incorporado diversas estrategias para evitar la propagación de la enfermedad; así como para tratar a los pacientes que ya adquirieron la enfermedad. A pesar de las medidas establecidas, el número de casos sigue en aumento, lo cual se traduce en una mayor necesidad de recursos para tratar a dichos pacientes. Entre estos recursos se encuentran los ventiladores mecánicos, equipos necesarios para tratar a los pacientes con enfermedad respiratoria severa y que requieren de soporte ventilatorio, muchas veces prolongado. Ante el incremento sostenido de pacientes que requieren ventilación mecánica, la demanda de los ventiladores se ha incrementado; sin embargo la poca oferta y la coyuntura actual de adquisición de dichos equipos representan un problema para los establecimientos de salud. Ante esta problemática, algunos autores han sugerido modificar los equipos de anestesia para que puedan ser utilizados como ventiladores mecánicos y así atender oportunamente las necesidades ventilatorias de los pacientes. Los ventiladores mecánicos, son equipos médicos utilizados para proveer soporte ventilatorio a pacientes con insuficiencia respiratoria y que por este motivo su vida se encuentra en peligro. Esta es una característica común en pacientes admitidos en las unidades de cuidados intensivos por COVID-19. Desde su aparición en el siglo XIX, los ventiladores mecánicos se han vuelto más versátiles y más complejos, pero el principio por el cual funcionan es el mismo. Primero, una fuente de oxígeno y una fuente de aire (medio ambiente) proveerán los gases que serán administrados al paciente mediante presión positiva. El volumen, presión, frecuencia y demás parámetros de administración estos gases son modulados por los equipos de ventilación. Finalmente el aire espirado por el paciente es eliminado (Kacmarek 2011). Por otro lado, los equipos de anestesia son sistemas que proporcionan ventilación artificial durante la anestesia general en intervenciones quirúrgicas. En otras palabras, a diferencia de los equipos de ventilación mecánica, los equipos de anestesia están diseñados para funcionar durante cortos periodos de tiempo y suelen ser utilizados en pacientes sin insuficiencia respiratoria. Con el paso del tiempo, los equipos de anestesia también han evolucionado, pero el principio de funcionamiento sigue siendo el mismo. El sistema es similar al de los ventiladores mecánicos, pero con la diferencia que el gas espirado por el paciente es reutilizado para las inspiraciones siguientes. Este principio de re-inhalación ayuda a no desperdiciar los vapores de anestesia; sin embargo, requiere que el aire espirado por el paciente sea tratado para eliminar el CO2 antes de ser administrado nuevamente al paciente (Lloréns Herreríasa 2000). Ante la escasez de ventiladores mecánicos en el contexto actual de pandemia por el COVID-19, surge la necesidad de explorar a la luz de la evidencia científica las posibles estrategias para optimizar los recursos actualmente disponibles en los establecimientos de salud. Así, una de las estrategias propuestas como medida inmediata, mientras que consolida la adquisición de nuevos ventiladores mecánicos, es la de modificar los equipos de anestesia para que sean utilizados como ventiladores mecánicos y presten soporte ventilatorio a los pacientes con COVID-19 que lo requieran. De este modo, el objetivo del presente reporte breve es de evaluar el perfil de eficacia y la seguridad de esta estrategia así como de revisar las consideraciones técnicas necesarias para su posible implementación. Esto con la finalidad de informar a los tomadores de decisiones acerca de cuales son las posibles ventajas e inconvenientes de implementar esta estrategia a fin de poner a consideración si es una opción segura para los pacientes.
RESULTADOS:
World Health Organization (2020). “World Health Organization. (2020). COVID-19 v4: operational support and logistics: disease commodity packages” (World Health Organization 2020). Este es un documento en el cual la OMS compila una lista de las tecnologías (dispositivos, equipos y material médico) con las cuales los establecimientos de salud deben contar para brindar atención oportuna a los pacientes con COVID-19. Dentro de las tecnologías listadas, la OMS hace referencia, como es de esperar, a los ventiladores mecánicos, pues son equipos indispensables para el soporte ventilatorio de estos pacientes. Organización Panamericana de la Salud (2020). “Lista de Dispositivos Médicos Prioritarios en el contexto del COVID-19 (recomendaciones provisionales, 06 abril 2020) 3ra versión” (Organización Panamericana de la Salud 2020). Este documento forma parte de una actualización de las recomendaciones interinas de la OPS para la gestión de casos COVID-19 en los servicios de salud. De este modo, la OPS publica un listado de dispositivos médicos prioritarios y proporciona las descripciones y especificaciones técnicas para el manejo de pacientes con sospecha y/o confirmación de infección. Dräger (2020). “COVID-19: El uso de los dispositivos de anestesia de Dräger para la ventilación a largo plazo” (Dräger 2020). Este documento fue elaborado por la empresa Dräger, manufacturera de tecnologías médicas, entre ellas, los equipos de anestesia. Si bien se expone que existe una posibilidad tecnológica de convertir o adaptar algunos equipos de anestesia a equipos de ventilación mecánica, el documento reporta también una serie de consideraciones a tomar en cuenta ante la posibilidad de uso de sus equipos de anestesia como equipos de ventilación mecânica. U.S. Food & Drug Administration (2020) “Ventilator Supply Mitigation Strategies: Letter to Health Care Providers” (U.S. Food and Drug Administration 2020). En este documento la FDA brinda recomendaciones sobre el uso de algunas estrategias de optimización de equipos médicos para dar soporte ventilatorio a pacientes con insuficiencia respiratoria debido a la COVID-19. Dentro de las estrategias contempladas por la OMS se menciona el posible uso de los equipos de anestesia como ventiladores mecánicos en contextos de extrema escasez. Anesthesia Patient Safety Foundation y American Society of Anesthesiologists (2020) “APSF/ASA Guidance on Purposing Anesthesia Machines as ICU Ventilators” (Anesthesia Patient Safety Foundation and American Society of Anesthesiologists 2020). Este documento tiene como objetivo proporcionar directrices técnicas y recomendaciones sobre el uso de equipos de anestesia como equipos de ventilación en unidades de cuidados intensivos. CONSIDERACIONES TÉCNICAS PARA EL USO DE EQUIPOS DE ANESTESIA COMO VENTILADORES MECÁNICOS EN PACIENTES CON LA COVID-19. Algunas recomendaciones específicas para el uso de equipos de anestesia como ventiladores en pacientes con la COVID-19 han sido realizadas por la Sociedad de Anestesiología de Chile, Aranda et al. (2020). El lector puede acceder a dicho documento en el siguiente link:
https://revistachilenadeanestesia.cl/revchilanestv49n03-09/ . CONCLUSIONES:
A la fecha, no se ha encontrado evidencia que evalúe la eficacia o seguridad de utilizar equipos de anestesia modificados para proveer ventilación mecánica. Tampoco se ha encontrado reportes de uso clínico ni experiencia de uso de equipos de anestesia modificados en pacientes con requerimiento de ventilación mecánica. De este modo no se cuenta con información suficiente para concluir si es que el uso de los equipos de anestesia modificados para soporte ventilatorio tiene algún tipo de impacto en los desenlaces que son relevantes para los pacientes como mortalidad, estancia en unidades de cuidados intensivos, estancia hospitalaria, complicaciones asociadas a ventilación mecánica, entre otros. De la literatura revisada, se conoce que la naturaleza de funcionamiento de los equipos de anestesia no es proveer soporte ventilatorio. Por ello, el usar estos equipos como ventiladores mecánicos implica directamente un uso por fuera de lo indicado en la etiqueta o documento aprobatorio de los equipos de anesteia y como tal, debe darse previa autorización de las autoridades regulatorias nacionales. Por otro lado, se tiene que el uso continuo de forma prolongada de los equipos de anestesia para proveer ventilación mecánica, no solo tiene un carácter temporal, sino que podría afectar su buen funcionamiento y reducir su tiempo de vida útil. El aspecto mas preocupante es el compromiso y limitación de las prestaciones clínicas entregadas a los pacientes. Por ejemplo, la re-inhalación de los gases espirados del paciente relacionada a las máquinas de anestesia podría acarrear complicaciones en los pacientes que lo utilicen de manera prolongada si no se cuenta con los recursos humanos y tecnológicos adicionales necesarios, tales como los absorbedores de CO2. Adicionalmente, el uso de los equipos de anestesia como ventiladores mecánicos trae consigo una movilización de recursos humanos que son necesarios para poder monitorizar continuamente y asegurar el correcto funcionamiento de los equipos y las prestaciones ventilatorias que proveen, así como para hacer frente oportuno a cualquier problema de malfuncionamiento que pueda surigr. De esta manera, estos equipos de anestesia deben ser manejados por especialistas de anestesiología y los pacientes deben ser monitorizados constantemente por personal de cuidados intensivos (médicos, enfermeras, entre otros). Así, la literatura encontrada en el presente reporte breve menciona en general que, considerando que el fin último de todas las estrategias destinadas a optimizar los recursos tecnológicos actualmente disponibles en el sistema sanitario es el de salvar las vidas de los pacientes, es razonable considerar el uso de estrategias del tipo “último recurso”, como el uso de equipos de anestesia como ventiladores mecánicos dentro del contexto de la pandemia por COVID-19. De considerarse esta posibilidad, de usar máquinas de anestesia como último recurso para pacientes en el contexto de ausensia de apoyo ventilatorio, las instituciones de salud deben valorar diferentes aspectos y disponibilidad de recursos que hagan que el uso de estas máquinas sea apropiado y reduciendo al máximo posible sus riesgos, especialmente en los pacientes.