Durante la segunda mitad del siglo XX, gran parte de las mejoras en los indicadores de salud en la infancia se debieron a la provisión de agua potable, mejoría en la disposición de excretas, adición de micronutrientes para una adecuada nutrición; además de estas medidas, se consideran también las vacunas y en menor grado los antibióticos, como las intervenciones específicas en salud más eficaces para reducir la mortalidad por enfermedades infectocontagiosas y prevenibles. En el presente siglo la inmunización ha demostrado ser la medida de salud pública más económica para prevenir la morbimortalidad de la población infantil. Desde el lanzamiento mundial del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) en 1974, la vacunación contra seis enfermedades (tuberculosis, difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis y sarampión) ha prevenido millones de muertes y discapacidades. El esquema actual de vacunación de la Asociación Americana de Pediatría incluye 14 vacunas; difteria, paperas, rotavirus, enfermedad neumocócica, tosferina, sarampión, haemophilus influenzae tipo b, rubéola, hepatitis B, influenza, tétano, polio, hepatitis A y varicela. Estas dos últimas hepatitis A y varicela, las cuales no están contempladas dentro del esquema de vacunación actual de El salvador originan un alto costo sanitario y social, por lo que se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal para determinar la prevalencia de estas enfermedades no incluidas en el esquema nacional de vacunación en el período comprendido entre el 1 de enero de 2012 y 31 de diciembre del 2016