La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de las tecnologías digitales y, en particular, de la conectividad para el bienestar social y económico de las personas. Con las medidas de aislamiento impuestas para frenar la propagación de la pandemia, muchas actividades de la vida diaria (incluidos el trabajo, el aprendizaje, las compras y las reuniones sociales) tomaron una forma digital, lo que ha permitido que amigos y familias distanciados se mantengan informados y conectados, y que la actividad económica continúe. La conectividad digital también brindó una plataforma para la innovación, que habilitó nuevas maneras de prestar servicios esenciales de manera remota, incluidas la educación y la atención a la salud