Ponencia que versó en principio, sobre el gasto en salud que no difiere del gasto en otros sectores en cuanto al análisis que de él se debe hacer para determinar su nivel óptimo. Ya que el problema principal radica en cómo medir los beneficios de los programas de salud y cómo considerar el impacto no económico de estos benefícios. Analizó el caso particular de la inversión en salud, las variables que pueden medirse y que no dan tanta flexibilidad como en el caso de educación.

La evaluación del efecto de los gastos de salud tienen dos componentes simultáneos que complica la determinación de sus verdaderos efectos:

el componente de oferta y de demanda. Del lado de la oferta global, un mayor nivel de salud, se refleja en una mayor productividad laboral y del lado de la demanda en un aumento del nivel de bienestar a través de un mayor consumo. Además el problema de medición es una limitante importante en la evaluación económica de los programas de salud. Concluye que el diseño de los programas de salud en la actualidad, con toda probabilidad en América Latina y sin duda en Panamá no responde a intentos de establecer los montos óptimos de inversión pública que logren algún tipo de máximo, sino que responden, en general, al deseo político de lograr unos objetivos específicos y cuantificables de patrones de salud.

Estos indicadores pueden ser:

mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, morbilidad, etc