Se evaluan los efectos negativos de la carga mental en el trabajo desde un punto de vista sistémico, se aplicó el algoritmo propuesto por Almiral y colaboradores (1986) con el propósito de valorar su validez, confiabilidad y aplicabilidad. Para ello se utilizó un procedimiento que incluyó indicadores psicológicos, psicofisiológicos y fisiológicos especificamente frecuencia crítica de fusión, tiempo de reacción simple asociado, umbral de discriminación táctil, destreza manual, valores subjetivos de fatiga y variabilidad de la frecuencia cardíaca a una muestra constituida por 24 operadores de proceso (panelistas) de la refinería "Ñico López" garantizandose que los mismos no presentaran patologías cardiovasculares, mentales, etc, que interfieran los resultados. Los registros fueron tomados al inicio (estado basal) durante y al final de la jornada laboral. El algoritmo resultó efectivo para discriminar entre grupos de alta y moderadas exigencias mentales, clasificando a los sujetos de la muestra en un 87,5 % en el segundo grupo (moderadas exigencias)