El tabaco es oriundo de América, pero fueron los europeos quienes lo explotaron comercialmente, constituyendo en la actualidad un producto en torno al cual gira una importante actividad industrial, comercial y publicitaria. El consumo del tabaco es un factor que determina patrones sociales y conductuales; pero también una grave y nociva adicción.

La nocividad del tabaco radica en sus componentes químicos:

La NICOTINA, actua sobre los aparatos cardiovascular y digestivo, así como en las glándulas suprarrenales, el sistema nervioso central y los músculos; El ALQUITRAN, es considerado como sustancia cancerígena; MONOXIDO DE CARBONO, provoca la disminución de la oxigenación de la sangre y de los tejidos del organismo, SUSTANCIAS IRRITANTES, provoca principalmente bronquitis crónica y efisema pulmonar. En México, el tabaquismo es considerado como una adición de fuerte impacto social. De acuerdo con la "Encuesta Nacional de Adicciones en 1988" (y otros estudios) el tabaquismo es una adicción eminentemente urbana, el fumador cotidiano leve, fuma un promedio diario de 5 cigarros, en las reuniones y eventos sociales es donde más se fuma, los hombres fuman más cuando ingieren alcohol, y el grupo etario que más sufre de la adicción al tabaco es de los 45 a 64 años. Asimismo la información dice que el fumador inicia por persuación de quienes le rodean (grupo familiar, amistades), por imitación y por curiosidad.

Algunas medidas que se han adoptado para combatir el tabaquismo en México son:

Programa contra el tabaquismo, la reglamentación de las zonas de tolerancia, las clínicas, campañas educativas y el día mundial sin fumar, entre otras