Caracteriza la problemática de la enfermedad de Chagas como una problemática económico-social y de desarrollo del país. Reseña las dificultades encontradas en el Servicio Nacional de Chagas argentino, desde 1976 hasta 1979. Inicialmente, éste actuaba sólo en ocho provincias y, prácticamente, no existía coordinación central y le faltaba continuidad debido a los cambios en el presupuesto. Describe el proceso de implementación, relevamiento de recursos, reposición de los mismos, inversiones y estructura del Servicio Nacional de Chagas. Refiere las dificultades en el manejo de un programa vertical con 21 provincias adheridas en área de 2 millones de Km2. Plantea la transferencia de los servicios a las provincias, reservando para ele Servicio Nacional la coordenación, normalización y evoluación (proponiendo al Servicio Nacional de Chagas de Córdoba para tal fin) y desligándose éste de la acción directa de saneamiento aunque sostendrá económicamente la lucha contra la enfermedad de Chagas. Destaca la escasez de estudios masivos de población que permitan conocer la magnitud de la enfermedad en el país, por lo que el Servicio Nacional de Chafas deberá, asimismo, dedicarse al relevamiento epidemiológico, la organización y normatización de laboratorios