Analiza el problema integrando los factores de genero y clase como elementos explicativos generales de la situación de la mujer; articulados en tres esferas: la familia, el sistema educativo y la inserción en la fuerza de trabajo. Aborda el supuesto metodológico de que las diferencias entre hombres y mujeres se dan por su condición de genero y entre las mujeres por su pertenencia de clase. Señala que en las últimas decadas los cambios en esas esferas han redefinido la subordinación femenina a partir de nuevos elementos, desplazamiento del ámbito domestico hacia el mercado de trabajo, control de ellas sobre su reproducción, verificándose descenso de fecundidad de 7.4 hijos por mujer en 1950-55 a 3.8 en 1985-90