La ominipresencia y destacada frecuencia del síntoma dolor de cabeza en el ejercicio médico es per sé, un indicador de multicasualidad y, multifactotialidad interactuante del cuadro clínico general. Los factores psicodinámicos vivenciales emocionales, influyen críticamente sobre las manifestaciones de algunas cefaleas. Al igual que otros dolores, las cefaleas de tipo tensional pueden tener un curso crónico, portar concomitantemente ya consecuencia de ella invalidez de grado variable, cuya etiopatogenie ha sido interpretada de forma heterogénea, tanto orgánica como funcional. La cefalea tipo tensional, tiene como componente alterno de sindromología coexistente: una contractura muscular, la cual es bilateral, con sensibilidad álgida acusada en la región cervical y de localización posterior, irradiada hacia cuero cabelludo. La caracterología del dolor es difuso, en ocasiones sordo, pero la mayoría de los casos coinsiden con tipología opresiva, puede tener una evolución variable en días, sin pródromos significativo, no existe correlación directa con antecedentes patológicos familiares de la entidad en mención. El factor más importante en este tipo de cefalea es el psicógeno, a menudo con componente angustioso e incluso depresivo, que se puede extrapolar como: adinamias, disomnias, irritabilidad, inadaptación con el entorno e inseguridad en el plano social. La probabilidad y la alta incidencia de los conflictos interpersonales en el desenvolvimiento diario, pueden generar malestar psicosomático y ser traducidos como cefalalgia u otros afines que a menudo se documentan. Sobre un sustrato amplio de causalgia, se han desplegado un sin número de posibilidades diagnósticas y terapéuticas desde las más incipientes hasta aquellas de tecnología de punta. Incluso ha determinado interés la praxis y el ejercicio de las medicinas alternativas. Todo ello ha generado dirrupciones en su manejo y en la interpretación clínica por parte del enfermo y su entorno