Soporte nutricional en el recién nacido prematuro

Publication year: 1999

El cuidado de los aspectos nutricionales en estos pacientes en estos pacientes, sin duda, han desempeñado un papel determinante en los logros alcanzados, quedando definitivamente de denostrado que el manejo nutricional adecuado en estos niños es crucial, tanto para disminuir la alta morbimortalidad propia de su condición, como para garantizar un óptimo crecimiento y desarrollo a largo plazo. Los señalamientos anteriores adquieren mayor relevancia al analizar, en primer lugar, tanto la interrelación entre peso bajo al nacer y la mayor frecuencia de complicaciones metabólicas, hipoxia e infecciones, como las evidencias clínicas y experimentales sugerentes de que la desnutrición pudiera constituir un factor etiológico clave en el desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria y la displasia broncopulmonar en recién nacidos prematuros, debido a que compromete la capacidad del pulmón para resistir a la hiperoxia, el barotrauma y las complicaciones infecciosas, al mismo tiempo que limita su crecimiento normal y la reparación del tejido pulmonar lesionado. También se debe prestar atención a la posible relación de cuusalidad entre el manejo inadecuado del soporte nutricional en recién nacidos y otras complicaciones, como es el caso de la administración de líquidos en los casos de persistencia del conducto arterioso e hiponatremia y la alimentación enteral en la enterocolitis necrotizante, todas las cuales tienen un efecto delectéreo sobre estos pacientes. Los prematuros de peso bajo para edad gestacional (PPBEG) son particularmente vulnerables a la desnutrición debido, en parte, a una serie de condiciones fisiológicas limitadas como son: reservas metabólicas limitadas. Inmadurez renal, la cual condiciona un balance hidroelectrolítico precario y un mal manejo de los productos del metabolismo proteico. Inmadurez cardiopulmonar que predismone a hipoxia y acidosis respiratorias, limitando la posibilidad de aportar nutrientes y el aprovechamineto de los mismos. Inmadurez del tracto gastrointestinal, la cual condiciona: dificultad en la coordinación del mecanismo de succión-deglución en menores de 34 semanas; motilidad esofágica inadecuada con esfínter gastroesofágico incompetente entre 33 a 36 semanas de EG hasta los 3 a 6 meses; capacidad gástrica disminuida; vaciamiento gástrico retardado y mitilidad intestinal incordinada, con tiempo de tránsito prolongado. Todos estos elementos determinan disminución en la capacidad digestiva y absortiva

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