Desplazamiento forzado en el Meta: un camino entre el dolor y la esperanza

Publication year: 1999

Al igual que en el resto del país, la situación de violación sistemática de Derechos Humanos, más parece una Política Estatal para cerrar los espacos de denuncia. En el Meta se han hecho múltiples esfuerzos para que esos derechos sean respetados. La última organización que surgió con grandes expectativas, fue el Comité Cívico de Derechos Humanos del Meta. Nacido de SEPAS, cogió dinámica propia y se constituyó como ente jurídico autónomo, fundado en 1990 con, la orientación de la HNA. Nohemy Palencia y 60 personas más, todas ellas comprometidas en defensa de la vida. Al segarse la esperanza en el Comité, con el asesinato de la mayoría de sus integrantes, el trabajo de denuncia de violaciones tiende a desaparecer, solo el SEPAS desde su compromiso por la vida ha logrado mantener, con la estrategia de no liderar ningún espacio de denuncia, evitar al máximo ser registrados por los medios de comunicación y no hacer publicaciones de forma directa. Gracias a que las agencias financiadoras del trabajo no lo exigen así, se ha permitido que el trabajo de derechos humanos se mantenga vigente a pesar del miedo y el riesgo producido al trabajar por la defensa de estos más débiles

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